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Circuito habilitará a celulares como dispositivos de pago

Al mismo tiempo que las regulaciones que rigen los pagos transfronterizos en Europa se suavizan, se está desarrollando tecnología que con el tiempo podría transformar la forma en que se realizan las transacciones financieras.

Una de las formas tecnológicas más atractivas es el pago móvil sin contacto, conocido técnicamente bajo el nombre de Comunicación de Campo Cercano (NFC, por sus siglas en inglés), mediante el cual un circuito integrado colocado en un teléfono celular permite usar el aparato como un dispositivo de pago simplemente haciéndolo pasar frente a un receptor en una tienda, máquina expendedora u otro punto de venta.

A diferencia de una tarjeta de crédito o débito, los teléfonos NFC permiten a los usuarios tener acceso a información interactiva basada en internet, abrir un archivo de audio o descargar contenido directamente al aparato.

Los consumidores pueden sostener su teléfono cerca de un cartel o impreso publicitario, comprar mercancía, comida o boletos, y hacer que su transacción se cargue a una tarjeta de crédito utilizando información almacenada en el teléfono.

La tecnología ya se está usando en Tokio, donde se está empleando para comprar cosas pequeñas como boletos del tren, cigarros y bebidas. Se han realizado pruebas en Estados Unidos y Europa y en general han sido recibidos con entusiasmo.

No existe nada que impida a los vendedores adoptar esta nueva tecnología ni a los usuarios pagar bienes y servicios por toda Europa con sus teléfonos, de forma muy similar a lo que se hace hoy con las tarjetas de crédito.

Los puntos de arranque lógicos para esta tecnología son las ciudades, donde existen muchas tiendas de conveniencia y establecimientos similares de alto volumen de ventas, aunque tienen el potencial para extenderse a muchas otras zonas.

Sebastian Nystrom, director de estrategia tecnológica de Nokia, el fabricante de celulares finlandés, indicó que los teléfonos podrían con el tiempo «proporcionar servicios de banca a quienes carecen de ellos», en mercados donde no existan redes de sucursales establecidas.

Por lógica, el siguiente paso tendría que ser proporcionar otros servicios financieros a través del teléfono celular, aunque es más probable que los clientes interesados en estos servicios prefieran dirigir sus negocios en línea.

Dichos servicios son seguros en comparación a las tarjetas o carteras pues el aparato puede programarse para permitir información de pagos sólo cuando el usuario autoriza expresamente la transacción a través de una contraseña, a diferencia de una tarjeta, que en algunos países puede ser utilizada por quien sea que la tenga en su poder.

Fuente: El Universal, México