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Con los metadatos se puede saber de ti mucho más de lo que imaginas

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La NSA estadounidense, en su lucha contra el terrorismo, ha superado las limitaciones de protección a la privacidad y ha desarrollado un sistema para recopilar metadatos.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford ha realizado un estudio para demostrar todo lo que se puede saber con sólo conocer un número de teléfono, los números a los que se llama o envía mensajes y la duración de las llamadas o la longitud de los SMS.

Entre los datos que se pueden recoger están la localización, relaciones personales, religión, enfermedades, quien es tu pareja y tu filiación política.

Para su estudio, los investigadores reclutaron a unos 800 voluntarios para que instalaran en sus móviles la aplicación de MetaPhone (ya no está disponible). La app registró todas las llamadas y SMS enviados, los destinatarios y su duración.

Con todas esas llamadas y mensajes salientes y entrantes pudieron diseñar una gráfica con todas las conexiones (llamadas o SMS) entre los nodos (teléfonos). Antes de extraerle toda la información, pidieron los perfiles de Facebook de los participantes y con ellos diseñaron los algoritmos de predicción y… comprobaron que acertaban.

‘Si yo te llamo, estamos conectados en un salto. Si luego tú llamas a una tercera persona, yo estoy conectado con esa persona en dos saltos’, explica el investigador del Laboratorio de Seguridad Informática de la Universidad de Stanford en Estados Unidos y coautor del estudio, Patrick Mutchler.

El número de personas dentro de los tres saltos de una persona (límite que tenía la NASA) se eleva al cubo en función del número de personas a las que uno llama directamente, por lo que no es necesario tener muchas llamadas de un único individuo para llegar a una gran cantidad de personas en tres saltos’, detalla Mutchler.

En promedio y cumpliendo lo que hacía la NSA hasta que Obama le puso límites, una persona puede conectar con otros 20 millones en los 5 años en los que la agencia de espías guardaba los metadatos.

Lo segundo que demuestra la investigación es la particular topología de la red de conexión, que sigue la estructura de las llamadas redes de mundo pequeño.

La característica principal de una red así es que muy pocos nodos están conectados directamente entre sí, pero casi todos están conectados por medio de muy pocos nodos  intermedios.

Estas redes responden a la teoría de los 6 grados de separación postulada en los años 30 del siglo pasado y demostrada empíricamente por Stanley Milgram en los años 60. Simplificando, mantiene que cualquier persona del planeta está conectada con otra por medio de cinco intermediarios.

Los seres humanos tenemos costumbres y rutinas establecidas, así que tendemos a comprar en los mismos sitios, muchos de ellos cercanos al hogar. Estos negocios destacan sus teléfonos para que sean fácilmente localizables por Internet. Partiendo de las llamadas realizadas a estos negocios, los investigadores vieron cómo muchas de las llamadas se hacían desde una latitud y longitud determinada: las coordenadas de nuestra casa.

A la localización geográfica, se agrega también la suma de los intereses o necesidades. Si uno llama en un determinado lapso a una tienda de armas y al servicio al cliente de un determinado fabricante, es fácil inferir que uno posee una de sus armas. Lo mismo aplica a servicios religiosos, compañías de seguros o servicios médicos. Quizá lo más sencillo para los investigadores fue saber si los participantes en el estudio tenían pareja y quien era ella o él.

‘Los resultados del estudio muestran una de las perspectivas punteras de la ciencia de datos: la unión de datos heterogéneos ofrece más información que los datos por separado’, comenta el investigador de la Escuela Técnica Federal de Zurich (ETH), David García. Destaca particularmente el caso de las llamadas a médicos: ‘al combinar datos se pueden hacer inferencias incluso de qué enfermedades puedes padecer, sin duda uno de los aspectos más importantes de la privacidad’.

García, quien no intervino en este estudio, ya mostró cómo se puede saber la orientación sexual de una persona por sus conexiones en una red social, incluso aunque no tenga cuenta en la red. ‘Se pueden inferir muchísimo a través del lo que revelan nuestros contactos, sin necesidad de tener acceso a datos individuales. Es decir, esta investigación apunta a que tu derecho a la privacidad está regulado por lo que hagan tus contactos y los contactos de tus contactos, y no es algo sobre lo que tengamos pleno control como individuos’.