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Convergencia

Mucho se ha hablado y escrito sobre el controversial tema de la convergencia de medios, en particular de la telefonía, internet y la televisión. El llamado Triple Play podría ser una realidad en México dentro de poco tiempo, pero, sin duda, tiene sus complicaciones.

Todo comenzó cuando se pudieron “digitalizar” las llamadas telefónicas.  Antes, hace ya varias décadas, la comunicación por voz hecha entre un par de teléfonos era posible gracias a la transformación de la voz en pequeños pulsos eléctricos que eran recibidos del otro lado de la línea y vueltos a convertir en voz. Ese proceso se hacía dentro del mundo “análogo”, lo que significaba que podían existir interferencias, bajo volumen, que dijéramos “grítale porque no se oye nada” y muchas penurias que pasábamos, sobre todo en México, para hacer una simple llamada telefónica.

Al momento de integrar la tecnología digital al mundo de las telecomunicaciones, la voz es captada por un convertidor que, precisamente, la transforma en una serie de “unos” y “ceros” que viajan a través del cable y, del otro lado, esos mismos datos se convierten de nuevo en la voz que escuchamos por el auricular. Suena complicado de entender y a veces lo es, pero lo único que se requiere comprender es que a través de los cables, en lugar de viajar impulsos eléctricos sujetos a las condiciones del medio (el cobre, generalmente), ahora viajan “unos” y “ceros”.

La nueva televisión en alta definición parte del mismo concepto, “unos” y “ceros”, con el fin de recibir una imagen sin problemas y libre de errores.  Las conexiones a internet, desde que se hacían con rudimentarios módems análogos (aparato que convertía los datos entre computadoras) hasta los más modernos enlaces de “banda ancha”, comparten su alma binaria.

Llegando a este punto, la idea de combinar los servicios de hablar por teléfono, navegar por internet y ver la tele, son los ingredientes del mencionado Tripe Play, que se pretende ofrecer a través de un mismo proveedor.  Un solo cable que llegará hasta la casa o la oficina, dotará de los tres servicios a través de una sola empresa. ¿Cuál? Esa pregunta no tiene respuesta hasta ahora, ya que hay varios problemas
por resolver. 

Primero está el asunto técnico, es decir, saber si los interesados en ofrecer estos servicios son capaces técnicamente de hacerlo. Hay dos grandes jugadores, las telefónicas y las empresas de televisión por cable, conocidas como “cableras”. Ambos tipos de compañías deben tener la capacidad técnica y “ancho de banda” para poder brindar el servicio sin interrupciones y con alto nivel de calidad. ¿Por qué? Simplemente imagine que no puede ver la tele mientras navega o que no puede recibir llamadas mientras ve la tele. Por otro lado, cubrir la demanda no es asunto sencillo, ya que el ancho de banda o la disponibilidad de lo que pudiera parecerse a los carriles en una autopista, no nace de la noche a la mañana.

Otro asunto importante será el precio “en paquete”, ya que al incluir todos los servicios, la lógica hace pensar que costarán menos que si se pagan por separado. Aunque aquí el asunto no es técnico, sino comercial. Cuando esto suceda, seguro comenzará una gran batalla de precios, intentando atraer nuevos clientes. Sin embargo, todo el modelo de negocios y su potencial aceptación por parte de los usuarios tiene una palabra mágica: portabilidad. El poder “portar” un número telefónico quiere decir que el mismo número podrá funcionar con un nuevo proveedor.

Digamos que en su negocio decide cambiar a un nuevo servicio de Triple Play. Hace un buen contrato y le incluyen todos los servicios que requiere, más otros de regalo. Todo bien, suena interesante, sólo hay un detalle: no puede conservar su número telefónico -el que tienen todos sus clientes porque pertenece a otra empresa y “no lo suelta”. Igual para la casa, si el contratar estos servicios no incluye la portabilidad del número, poca gente se animará a cambiar, ya que tendría que avisarle a muchas personas y, francamente, eso es lo desesperante dentro de este nuevo mundo de tres en uno.

¿Quién decide sobre la portabilidad? En México, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la tristemente célebre Cofetel (Comisión Federal de Telecomunicaciones) tendrían que sentar las bases para ofrecer portabilidad en todo tipo de números telefónicos. Con eso, podría contratar el triple play sin temor a quedar aislado, ya que conservaría su número. También podría cambiarse de compañía de servicio celular, ¡sin perder el número!

En México todavía falta mucho por recorrer. Además de los detalles técnicos mencionados, el problema sigue en el ramo legal y de competencia.  En caso de aprobarse la portabilidad de números, la empresa más grande es la que tiende a perder más clientes, ya que algunos están ahí sólo por no poder cambiar, precisamente, el número.
No hay que perder de vista este asunto del triple play; seguro nos dará mucho de qué hablar y considerar para el futuro. La idea de tener un solo proveedor es atractiva y más si comienza una batalla por tarifas y servicios, donde, en teoría, el usuario será el más beneficiado. Pero si no hay portabilidad, la verdad, sólo estaremos perdiendo el tiempo. Espero sus comentarios en los Foros dentro del sitio.

Fuente: El Economista, Tecnológia, Desde el Teclado, Por Javier Matuk