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Crowdsourcing, un modelo de colaboración en el entorno corporativo

El término crowdsourcing –o acción colectiva para resolver problemas– surgió como consecuencia de la era digital, haciendo que algunas fuerzas policiales de todo el mundo adoptaran el concepto rápidamente, como un método para ayudar en las investigaciones criminales.

Aunque el término sea nuevo, el concepto es bien conocido por las Fuerzas Armadas del Reino Unido, que es muy hábil en el uso de los medios de comunicación para obtener información y pruebas del público en general.

De hecho, el concepto se remonta a 1962, cuando Shaw Taylor presentó el programa semanal ‘Police 5’, así como el primer episodio de CrimeWatch, que se emitió por la BBC en el año 1984.

Los casos transmitidos en la televisión trataban de incitar a la memoria de los transeúntes, que eventualmente pudieran haber notado algo relevante para la investigación.

Pero cuando se trata de una investigación a gran escala viene un gran desafío; analizar los grandes volúmenes de datos y encontrar lo que es, de hecho, relevante para el caso.

Cuando se produjo el ataque durante la maratón de Boston en el año 2013, las autoridades pidieron a las personas presentes  enviar fotos y videos tomados en los momentos previos al ataque. Esta información, junto con las imágenes del circuito cerrado de TV, llevaron a la identificación de los hermanos Tsarnaev como culpables.

Para llegar a esa conclusión, el FBI y cientos de detectives trabajaron a contrarreloj para procesar el inmenso volumen de pruebas presentadas. La historia fue similar en Londres, dos años antes, durante las manifestaciones del año 2011. La investigación posterior incluyó 500 agentes para analizar más de 200 mil horas de imágenes de circuito cerrado de TV.

En la actualidad, el mercado ofrece soluciones muy sofisticadas que permiten a las instituciones públicas crear portales seguros para que los ciudadanos puedan proporcionar datos. Por lo tanto, el crowdsourcing contribuye para el intercambio de información que puede ayudar a dilucidar una investigación rápidamente.

 

Una oportunidad para las empresas

Trasladando el concepto al entorno corporativo, aquí se manejan datos confidenciales, por lo que la cooperación es más restringida y sólo queda el uso de la tecnología como herramienta única para ayudar a satisfacer las normas de cumplimiento.

En el año 2008, después de la gran crisis financiera global desatada tras la declaración de quiebra de Lehman Brothers, una serie de reglas fueron creadas con el fin de regular las transacciones financieras, más allá del aspecto de las comunicaciones, donde las empresas tienen que controlar múltiples canales – correo electrónico, chat, voz y video– proporcionando evidencia acerca de las transacciones sospechosas, siempre que se les solicite.

Controlar todas las interacciones y detectar cualquier intento de fraude o abuso en el cumplimiento de normas, a menudo parece una tarea imposible. Imaginemos, por ejemplo, tener que investigar miles de llamadas telefónicas o mensajes de correo electrónico manualmente para poder hacer la correlación entre todas estas interacciones.

La buena noticia es que ya hay herramientas que permiten automatizar –de manera inteligente– todo el proceso de análisis e investigación de interacciones.

Con las estrictas normas de cumplimiento, la tecnología ha evolucionado más allá del monitoreo tradicional de llamadas telefónicas, dando como resultado que cada empresa pueda hacerse responsable de la supervisión y el análisis de todas las interacciones, ya sean llevadas a cabo por teléfono, por correo electrónico, mensajería instantánea o en las redes sociales.

Las herramientas de vigilancia e investigación permiten a las empresas tomar el control completo sobre sus comunicaciones e identificar, de forma proactiva, violaciones de las normas de cumplimiento. En lugar de reaccionar, el objetivo es prevenir el problema antes de que aparezca.

Aunque el crowdsourcing sea ampliamente utilizado por los individuos en las investigaciones policiales, se espera que este modelo de colaboración también llegue al entorno corporativo, que seguramente mantendrá el uso de herramientas sofisticadas para inhibir el fraude.

Por lo tanto, quedamos con una pregunta: ¿Algún día las empresas podrán abordar las cuestiones de cumplimiento de manera más abierta? Imagine cómo podremos avanzar mediante la combinación de tecnología de vanguardia, con información que pueda hacer que la organización sea aún más segura.

Por Raúl Rodríguez, VP Latin America North Cone de NICE