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Desacuerdo de telefónicas por la portabilidad

Mucha polvareda ha levantado en los últimos días la falta de acuerdo entre las telefónicas sobre las reglas operativas de la portabilidad que permitirá a los usuarios conservar su número telefónico por más que cambien de empresa.

Ya se culparon entre sí la Canitec y Telmex, Telmex contra la Canitec y contra Cofetel y los operadores unos contra otros.

Por más que desde el arranque del Comité Técnico de Portabilidad, a cargo de José Luis Peralta, se sabía que, al final, sería la Cofetel de Héctor Osuna la que tendría que hacer valer su papel de autoridad ante las especificaciones operativas en las que no hubiera acuerdo entre las empresas, en la práctica el jaloneo y las rivalidades han aflorado necesariamente.

Pero ¿cuáles son esas diferencias insalvables en las que no hubo acuerdo? La lista parece ser larga. Éstas son algunas:

Para que el usuario pueda cambiar de empresa, unos exigen la factura pagada del último mes de servicio. Otros se oponen a ello. El miedo es que, en la práctica, se genere un ejército de clientes abusadores que vayan de compañía en compañía sin pagar el servicio.¿Qué límite habrá para que el usuario pueda migrar de telefónica? Unos proponen que al otro día de contratar se pueda hacer el trámite. Otros se oponen y plantean hasta un año de permanencia mínima.Buena parte de la industria acepta la identificación personalizada de los dueños de cada línea. Para ello los clientes de celulares de prepago deberían llamar a su empresa para recibir un nipp y ligarlo a una identificación oficial. La otra parte de la industria dice que eso es demasiado. El riesgo es que cualquiera podría migrar a alguien sin tener su autorización. Incluso existirían listas de números entre los distribuidores de las empresas para buscar una comisión por cada cliente.Otro jaloneo es por las cuentas corporativas que manejan decenas o cientos de teléfonos. Para que la migración se autorice unas empresas hablan de que debe existir no sólo carta constitutiva y la identificación del representante legal sino un poder específico para efectuar el cambio de compañía. De otra manera alguien podría ofrecer, al mejor postor, el cambio de todos «sus teléfonos» de un lado a otro.Tampoco hay acuerdo en si se exigirá el original de los documentos, fotocopias o incluso un documento enviado por fax.

En realidad la preocupación fundamental es que un mercado hasta ahora ordenado se convierta en la ley de la selva con 70 millones de números, en donde aparezca la corrupción, los movimientos irregulares y la afectación al usuario que debe ser el verdadero beneficiado.

La situación no es fácil y la Cofetel deberá resolver a la brevedad.

Fuente: El Financiero, Herminio Rebollo Pinal, México