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Intensa guerra de formatos de Microsoft

La firma de Bill Gates lucha contra IBM y Sun por la certificación de programas

Una guerra de formatos entre Microsoft y una coalición de compañías encabezada por IBM y Sun será librada en las normalmente apacibles salas de juntas de los organismos que establecen los estándares nacionales en los próximos dos días.

La batalla se centra en si los formatos de archivo de Microsoft para sus productos Word, Access, Spreadsheet y Powerpoint serán cetificados por el ISO, la organización internacional de estándares.

En juego están miles de millones de dólares en compras de software por parte de los gobiernos, que preferirían usar programas certificados por estándares internacionales. Los gobiernos están cada vez más preocupados de ser demasiado dependientes de una sola compañía, como Microsoft, para tener acceso a sus archivos nacionales y otros documentos.

Microsoft ha estado llevando a cabo los procedimientos de estandarización en los últimos años.

No obstante, existe un estándar que ya está certificado por el ISO, el Formato de Documento Abierto (ODF, por sus siglas en inglés), que es respaldado por IBM, Sun y otras firmas más pequeñas.

Los retrasos en el proceso de certificación ISO de Microsoft representan una oportunidad para los promotores del ODF.

Unos 200 organismos de certificación nacionales, que conforman el ISO, tienen hasta el domingo para votar a favor o en contra de aceptar el estándar de Microsoft. Estas instituciones, normalmente oscuras, se han convertido en objeto de extraordinarios esfuerzos de cabildeo.

En Italia, el subcomité técnico del organismo de estándares registró un aumento en el número de sus miembros de alrededor de seis a 85, al tiempo que ambas partes alentaron a las compañías a incorporarse e influir en la votación. Esto ha provocado que sus rivales acusen a Microsoft de influir injustamente en el voto. Pieter Hintjens, presidente de la Fundación por una Infraestructura de Libre Información, una organización no lucrativa que hace campaña contra la propuesta de Microsoft, indicó que “hemos registrado una manipulación bastante sistemática del proceso de votación. Hemos visto lo que equivale a compra de votos en Italia, Portugal, Colombia y España. En Suecia y Dinamarca, pasó algo muy similar: Microsoft les pagó a sus socios para sumarse a la votación”.

Microsoft, sin embargo, niega haber ejercido cualquier influencia impropia.

“Nuestros clientes quieren tener un impacto en la decisión y nosotros hemos alentado eso”, señaló Tom Robertson, gerente general de interoperabilidad y estándares de Microsoft.

Fuente: El Universal, México