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Más allá de la difícil convergencia en comunicaciones

El multicitado Acuerdo de Convergencia en telecomunicaciones que mantiene insatisfechos a todos los participantes, podría tener mejor reputación en el futuro.

Amén de la opinión de varios analistas, quienes también se encuentran confundidos acerca de que sector o empresa será el más beneficiado, debemos considerar un escenario hipotético en el que funcione bien el mecanismo de la
convergencia.

Precisamente este es el punto: la estrategia de ambos subsectores (cableros y telefónicas) es distinta por naturaleza; desde el tipo de clientes, su nivel socioeconómico, la cobertura, la variedad de los servicios, su clientela
corporativa, su generación de flujo, su capacidad de inversión, etcétera.

Comencemos con el sector que más se queja: los llamados cableros. Este sector, muy fragmentado en nuestro país, con cientos de compañías teme enfrentarse al poderío del sector telefónico integrado por unas cuantas empresas, entre las que destacan Telmex, Avantel, Alestra, Axtel y Marcatel.

En su conjunto, las redes bidireccionales de los cableros representan 60% del total por lo que, de acuerdo a la Canitec, requieren inversiones por 946 millones de dólares en los próximos 10 años.

Esa cifra no se compara con los 2,000 millones de dólares que invierte Telmex cada año. No obstante, el mercado de la telefonía fija presenta una marcada desaceleración y tarifas decrecientes. Por estas razones, creemos que los
temores de los cableros están fundados.

Ahora pasemos a las telefónicas. Después de las terribles pesadillas de las nuevas telefónicas de los últimos 10 años, al competir con Telmex se encuentran en mejor posición que las cableras, pero en su sector.

Su problema es que aún les falta realizar enormes inversiones para prestar servicios de televisión restringida, de manera que obtengan un retorno razonable a sus inversiones.

En otro nivel, el gigante telefónico mexicano ha invertido cantidades elevadas con el objeto de modernizar y expandir la capacidad de sus redes, telefónica y de internet.

Telmex ya tenía la intención de participar en la convergencia, por lo que, a pesar de que le representará un mínimo porcentaje de sus ingresos, creemos que es el más adelantado para estar listo en el primer semestre del 2007 con una propuesta atractiva de servicios.

Finalmente, y ajeno a todo el confuso camino que han recorrido las autoridades, los cableros y las telefónicas, tenemos a la causa y fin de todo este acuerdo: al consumidor, quien finalmente gozará de una mayor variedad de
servicios de telecomunicaciones.

De lograrse el acuerdo, la reducción en el costo de los paquetes le representará un ahorro de entre 15 y 35 por ciento.

No descartamos en el camino alianzas, convenios, acuerdos y toda clase de estrategias. También veremos muchos sueños rotos: la mayoría de las empresas no lograrán participar en la convergencia con éxito, pero queda claro que Telmex no será una de ellas. Ojalá que se cumpla el sueño de los consumidores.

Fuente: El Economista, Raúl Ochoa