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Portabilidad, nuevos riesgos en puerta

Fuera de reflectores y conferencias de prensa, los operadores encargados de poner en marcha el ya famoso sistema de portabilidad numérica temen todavía tres momentos que pudieran empañar el proceso al que tanta publicidad se ha hecho.

1) El primero tiene que ver con la migración que eventualmente llevarán a cabo las grandes empresas. Hablamos de los gigantes corporativos con 600 o mil líneas que decidan cambiar de telefónica, conservando sus números. Si en el éxodo se presenta alguna de las fallas reportadas hasta ahora en las pruebas, entonces sí habrá serios problemas, protestas y confusión sobre la efectividad del modelo.

Hasta ahora no pasa de un millar de interesados en obtener información sobre el sistema o solicitar su cambio de compañía. La dificultad aparecerá junto con los grandes usuarios.

2) El segundo momento será el llamado «intercambio de pagos». Lo que pasa es que la Cofetel, bajo la batuta de Héctor Osuna y José Luis Peralta, decidieron añadir seis dígitos a toda la señalización de las llamadas para identificar a quién se va a facturar cada servicio.

Hablamos de los mecanismos conocidos como IDO (Identificador de Origen) y el IDD (Identificador de Destino). Todas las llamadas que se crucen forzosamente deberán incluir tres nuevos dígitos por cada identificador para que, automáticamente, se facture a la empresa de origen, en el primer caso, y se enrute adecuadamente la llamada, en el segundo.

El problema es que la inclusión de estos seis nuevos dígitos implica modificar los campos en la señalización y muchos lo han dejado para el último, si no es que todavía no lo tienen considerado. Y si no aparece el IDO o el IDD, no se podrá concretar la llamada.

3) La tercera preocupación tiene que ver con el funcionamiento del Comité Técnico de Portabilidad. Comentan que debe dejar de ser tan democrático para convertirse en más ejecutivo. Incluso, por necesidad, en los últimos días lo ha sido toda vez que a lo largo de los meses la conducción por parte de Rodrigo de la Parra estuvo llena de buena voluntad, pero falta de energía.

Fuente: El Financiero, Herminio Rebollo Pinal, México