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¿Qué pueden hacer las empresas ante el uso de software pirata?

La piratería se ha convertido en una de las actividades ilícitas que más dinero ha hecho perder en los últimos años a industrias como la música, el video y el software.

Sin importar qué producto sea, cuántas horas de trabajo le haya tomado al fabricante y haciendo caso omiso a las leyes de copyright y patentes, el negocio de la piratería y la falsificación mueve millones de dólares al año en los mercados mundiales.

A pesar de las medidas tomadas en contra de esta industria ilegal, la piratería continúa siendo una problemática crítica tanto en el mercado medio como a nivel general. Un alto porcentaje de las Pymes (Pequeñas y Medianas Empresas) en América Latina continúan expuestas al riesgo que implica el uso de software ilegal, principalmente debido a la falta de conocimiento sobre los importantes perjuicios que éste ocasiona, entre ellos: ingreso de virus y código malicioso, falta de soporte técnico profesional, riesgo de pérdida y robo de información, o multas por el uso indebido de software.

De hecho, la Business Software Alliance (BSA) considera un «error» que las empresas vean como ahorro «lo que en realidad deberían ver como un inversión en seguridad, productividad, eficacia y competitividad, sin contar con los riesgos legales, económicos y de imagen» que implica el uso de ‘software’ sin licencia.

Y es que, hasta ahora, más de la mitad de los mexicanos que son consumidores de Tecnologías de la Información (TI) hacen uso de software ‘pirata’ al menos de manera ocasional. En este sentido, las compañías mexicanas forman parte de dicha cifra.

Este dato deriva de una encuesta realizada por Ipsos en 32 países, la cual forma parte la Novena edición del Informe Global de Piratería de Software BSA.

El estudio se llevó a cabo para analizar las tendencias del consumo de software ilegal entre usuarios de tecnología. Según la investigación, el 53% de éstos hace un uso ilegal de software.

Curiosamente, muchas personas caen en la piratería sin saberlo. Por ejemplo, de acuerdo con el estudio, el tipo de piratería más común consiste en comprar una licencia para un programa e instalarla en varias computadoras. Un 60% de la gente cree que hacer esto en el hogar es legal, y un 51% cree que es legal si se hace en el lugar de trabajo.

Como consecuencia, las pérdidas calculadas en México a causa del empleo de software fuera de la legalidad ascienden a mil 249 millones de dólares, añade el reporte.

«Las empresas mexicanas son conscientes de que existen riesgos al usar software ilegal, sin embargo prefieren omitirlos con la idea errónea de estar ahorrando sobre una inversión que es necesaria para sus negocios», dijo Kiyoshi Tsuru, director general de BSA en México.

Por su parte, Andrés Rengifo, Director Jurídico de Asuntos de Propiedad Intelectual de Microsoft México, explicó que existen dos tipos de empresas: aquéllas que de manera consciente adquieren software ilegal y están asumiendo un riesgo, y las que por desconocimiento lo utilizan.

“Yo haría un llamado a las compañías para que observen las mejores prácticas en materia de adquisición de software y, al mismo tiempo, sea administrado como un activo de la empresa. Bajo este contexto, existen varias prácticas en el mercado como Software Asset Management (SAM), que básicamente les ayuda a entender cómo administrar su software.

Por otro lado, existe una guía de propiedad intelectual para las Pymes de la organización International Chamber of Commerce (ICC), misma que le indica a las empresas de qué manera tratar el software como intangible y qué es lo que debe observar a la hora de adquirir tecnología, según explicó Rengifo.

Así, la piratería no solo es un fenómeno que afecta a la industria, sino también a los consumidores y a los gobiernos. Desde la perspectiva del sector, la gran consecuencia es que son muchas las utilidades que dejan de percibir. Por su parte, el consumidor se vuelve una víctima, pues no está adquiriendo los beneficios de un producto genuino y en esa medida disminuye su experiencia con el software.

Aun cuando los gobiernos y las compañías han logrado resultados positivos trabajando conjuntamente por la reducción de los índices de piratería de software, éste sigue siendo un problema grave que afecta el desarrollo social y económico en la región latinoamericana, donde se registran pérdidas anuales para la industria de mil 300 millones de dólares.

La piratería aumenta como consecuencia de una compleja ecuación que incluye, por un lado, la falta de educación sobre el valor de la legalidad y, por otro, la escasa aplicación de las leyes existentes en caso de incumplimiento por parte de los usuarios.

Por eso, el incremento en los índices de piratería muestra que, aunque el trabajo que vienen realizando las autoridades nacionales va por un buen camino, debería fortificarse de manera que el violar las leyes de Derecho de Autor no represente una pena mínima o un delito menor.

Actualmente existe ya una ley promovida por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y la PGR en la que se sancionará a quien viole los derechos de autor con 40 mil días de salario mínimo, una cifra nada despreciable que, parece, comienza a hacer reconsiderar a las empresas.

“Antes la gente cerraba su puerta y ocultaba la evidencia de la infracción, hoy si se cierra la puerta y se oculta el software ilegal, pierde el caso. El software es auditable y el SAT investiga a empresas”, dijo Kiyoshi Tsuru.

El directivo agregó que los esfuerzos emprendidos junto a las autoridades mexicanas “nos pone frente a una perspectiva positiva para mantener una reducción sostenida de los indicadores de uso de software pirata en el país para los próximos años”.

Sin embargo, aclaró, es lamentable que México ocupe el lugar número 12 en el ranking mundial de países donde el software pirateado alcanza el mayor valor comercial.

De acuerdo con la investigación de BSA, Venezuela es el país latinoamericano con el mayor índice de penetración de software apócrifo, con 88 por ciento, seguido de Paraguay con 83 por ciento y Bolivia, El Salvador, Guatemala, con 80 por ciento cada uno.

El estudio añade que, a nivel mundial, una gran cantidad de usuarios de computadoras personales desconoce si las maneras más comunes de adquirir software son legales o ilegales, especialmente en mercados con elevados índices de piratería.

 

Iniciativas contra la piratería

Hasta ahora, Microsoft ha implementado diferentes iniciativas para acabar con el software pirata. Según Andrés Rengifo, la empresa cuenta con una campaña muy importante de educación hacia el usuario, y trabaja con las autoridades para que sepan como identificar el software genuino y puedan realizar las acciones pertinentes.

“El consumidor debe entender el valor que le suministra un producto genuino y tiene que empezar a dimensionar los efectos de este material, ya que al día de hoy hemos identificado que muchos de los consumidores adquieren de manera consciente el producto pirata y estamos convencidos que están experimentando las consecuencias; en la medida que ellos entiendan los beneficios del software original, avanzaremos”, comentó el directivo de Microsoft.

De la misma manera, señaló algunos beneficios para las empresas de contar con software legal:

  • No están expuestas a ningún riesgo, desde el punto de vista de seguridad.
  • No se enfrentan a ninguna situación legal, pues las autoridades de aplicación del derecho en México están realizando campañas para la verificación y validación del software.
  • Dependiendo de la estrategia de carácter de impuestos que utiliza cada compañía y del tratamiento que le dé al software, ya sea activo o pasivo, podrá descontarlo de impuestos, lo que se traduce en una ventaja competitiva para la empresa desde el punto de vista fiscal.

El combate a la piratería requiere de la participación de diferentes actores de la sociedad: de las empresas, para que desarrollen planes de prevención con capítulos específicos de antipiratería; del Gobierno, para la aplicación estricta y oportuna de leyes; y de los ciudadanos, para participar proactivamente, cambiar los malos hábitos, dejar de justificar las acciones y generar un cambio de cultura en pro de la legalidad.

La concientización desde las empresas hacia sus empleados es muy importante a la hora de generar políticas de protección de propiedad intelectual. Muchas compañías realizan procedimientos de auditoría interna de los programas, determinan cuáles de ellos son los que la empresa efectivamente necesita usar, mantienen un detalle actualizado de las adquisiciones de licencias y mantienen informado al personal acerca de los riesgos de instalar software ilegal. De esta manera, se logrará crear –y mantener en el tiempo- una cultura empresarial hacia la protección de la información.

 

[box] ¿Qué pueden hacer las empresas para mitigar riesgos y regularizar su situación en cuanto al posible uso de software pirata? La BSA ofrece esta guía:

  1. Llevar un adecuado control en la adquisición del software, atendiendo a todas las autorizaciones de los distintos niveles jerárquicos de la empresa.
  2. Hacer un levantamiento periódico del inventario de los programas de cómputo y aplicaciones utilizadas por los empleados, identificando las características y definiciones de licenciamiento. El objetivo es detectar software pirata o con vigencia vencida.
  3. Verificar la vigencia del software y llevar a cabo un plan periódico de renovación de licencias.
  4. Desinstalar el software ilegal y adquirir las licencias que hagan falta.
  5. Llevar a cabo revisiones periódicas para asegurarse de que los empleados no estén usando programas ilegales en los equipos que son propiedad de la empresa.
  6. Limitar el acceso a internet a los empleados mediante un firewall. Es una forma de prevenir la descarga de programas sin licencia y sin el conocimiento de los responsables de la empresa.
  7. Prohibir a los empleados utilizar software sin licencia. Obtener de ellos una carta confirmación de no uso de software ilegal.[/box]