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Tecnologías de la información y las pymes

En el documento «Las Perspectivas de la Economía Mundial 2004 del Fondo Monetario Internacional», se señalaba que algunas economías principales, como es el caso de China e India, estarían creciendo en el 2013 a una tasa de 18.7 y
6.9%, respectivamente.

Dichos pronósticos son verdaderamente altos, después de observar los continuos crecimientos acelerados de estas economías. Por ende, resulta difícil comprender dichos pronósticos, pues implican demandas crecientes de recursos
para crecer a esas tasas, además de que uno se pregunta por qué algunas economías como las latinoamericanas no logran avanzar a esos niveles.

Mi interés no es poner en duda tales estimaciones sino, más bien, es preguntarse qué deberían de estar haciendo los países de América Latina para alcanzar tasas de crecimiento de 7.0% y que fueran sostenidas en el tiempo (no
hay que olvidar que Argentina y Venezuela han mostrado crecimientos alrededor de 7.0%, pero esto no ha sido el común en el tiempo).

De alcanzar dichas tasas de crecimiento, estaríamos en posibilidades de:

a) Atraer más Inversión Extranjera Directa (IED). Véase la situación en el 2005, cuando la IED hacia América Latina y el Caribe fue de 72,000 millones de dólares, mientras que Asia y Oceanía recibieron 172,700 millones de dólares.
Más aún: en este 2006, China volverá a tener una posición privilegiada en este punto.
b) Generar empleo de acuerdo con las demandas de la fuerza laboral. En el caso particular de México, éste es el gran error del gobierno foxista: para el mes de octubre de este año, se tiene que la tasa de desempleo abierta es de 4.02% de la Población Económicamente Activa, sin embargo, si se considera el mercado informal, se pudiera decir que es superior a 24%.
c) Ser capaces de mejorar los niveles de bienestar de la población. América Latina poco ha avanzado en la erradicación de la pobreza, a diferencia de China que sí está logrando revertir este problema.

Es obvio que para alcanzar tasas de crecimiento altas y sostenidas en el tiempo se debería estar trabajando en varias pistas a la vez:

a) formación de alta calidad de los recursos humanos.
b) Infraestructura de primer mundo.
c) Investigación y desarrollo relacionada a los procesos productivos.
d) Estado de derecho.
e) Política industrial estratégica (regional y nacional).
f) Reformas y políticas flexibles ante las nuevas circunstancias, entre otras muchas cosas más.

Pero en esta ocasión sólo hablaré de una posible política dirigida a las pequeñas y medianas empresas (pymes), la cual ha sido probada ya en otras economías asiáticas (Japón, Singapur y otras más) con relativo éxito. Me refiero al modelo de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) relacionadas a la promoción del comercio e integración regional, pero específicamente en apoyo a las pymes.

Las nuevas tecnologías pueden facilitar el comercio internacional y promover las exportaciones de las pymes al integrar las cadenas de suministro de cada región con los mercados internacionales. Por tanto, las instituciones
educativas y algunos organismos privados relacionados a las TIC podrían -y deberían- estar coadyuvando a que toda empresa sin capacidad de contar con los avances de la informática pudiera aprovechar sus avances en beneficio de su desarrollo empresarial localmente e internacionalmente.

Más aún: el hecho resulta relevante si consideramos que en América Latina las pymes representan más de 90% de las empresas y que éstas generan un importante porcentaje del empleo y que, dependiendo del país, podría implicar cantidades superiores a 50%, lo cual es más que significativo dadas las demandas del mercado laboral, pues la región en promedio es joven (a diferencia de algunas economías asiáticas y europeas).

En sí no sólo se ayudaría a la promoción de las pymes a nivel internacional, sino que serían capaces de mantenerse en el tiempo y ser generadoras de empleo. A pesar de que las pymes son vitales para la generación de empleo, también son incapaces de poder insertarse en el mercado internacional. Éstas se enfocan exclusivamente a pequeños nichos en el mercado interno y en el cual tampoco se pueden aislar de la competencia de bienes y servicios con mayor calidad y menores precios (proveniente de los mercados internacionales y de las grandes empresas), lo que muchas veces ocasiona la poca probabilidad de sobrevivir. En el caso de México, más de 85% de las exportaciones son realizadas por las grandes empresas y también son las que captan el mayor porcentaje de la IED.
Hay empresas medianas y una que otra pequeña que también intentan competir en las exportaciones, pero lo hacen sin un plan definido y normalmente a mercados cercanos geográficamente.

Bajo este panorama, es relevante poner atención a estos modelos que podrían apoyar a las pymes. Sin embargo, en América Latina el índice de penetración de las TIC es muy bajo: el país con el avance más significativo es Chile.
Es por ello que sería de importancia lograr en la economía mexicana un índice de penetración muy cercano o igual al de las economías desarrolladas, que nos hiciera más competitivos.

Fuente: El Economista, Ma. Mercedes Muñoz Sánchez