5G, la tecnología que inicia una nueva era a partir de 2019, permitirá un tráfico de hasta 10 Mb/s, es decir, 100 veces más rápida que el 4G., lo que equivale a un milisegundo entre la orden y la ejecución de un comando.
Además, la tecnología 5G supone más densidad de dispositivos conectados a cada unidad área, cobertura universal, un consumo de energía de hasta un 90% inferior y una duración de baterías de hasta 10 veces más.
Sin embargo, y a pesar de todo esto, no acabará con el WiFi.
‘No veo amenazas para el WiFi. La comodidad y disponibilidad de la conexión móvil siempre ha existido, pero ha coexistido con el uso de la fibra’, señala Federico Ruiz, responsable del Observatorio Nacional del 5G en España.
En su opinión, seguirá progresando y será positivo porque generará una competencia que beneficiará al usuario. ‘La nueva generación de telefonía y el WiFi son dos vértices complementarios del triángulo de la tecnología’ agrega Ruiz.
El WiFi perderá relevancia en zonas públicas, pero en el ámbito doméstico y en el interior de despachos profesionales, seguirá siendo fundamental, explica el especialista.
La supervivencia del WiFi no dependerá de su mayor capacidad de transferencia de datos, que se verá superada por el 4G. La fibra aún dispone de cartas para seguir desempeñando un papel relevante en Internet: para el usuario es más barata, está muy extendida, permite la conexión a un solo router de muchos usuarios; sin costo adicional y es menos vulnerable a la congestión de la utilización de muchas terminales de forma simultánea. Todo esto sin contar con la oferta de líneas móviles y contenidos asociados a su contratación.
No obstante, esta tecnología está obligada a mejorar ante la irrupción de una conexión fiable, rápida y eficaz del 5G, que además cuenta con un mercado potencial en el que existen más dispositivos móviles que personas y dará respuesta al imparable crecimiento del consumo de productos audiovisuales.
Según un estudio de Open Signal, en 33 países la velocidad de la red para móviles es superior a la de la fibra. Entre estos países se encuentran Australia, Francia, Qatar, México o Sudáfrica, sin embargo la velocidad no será el elemento determinante.
La infraestructura de comunicaciones, donde el cable tiene una función fundamental, aún tardará en generalizarse y por lo tanto el WiFi seguirá siendo imprescindible.