En México, como la segunda economía más grande de América Latina, el entorno tecnológico se presenta como un espacio de crecimiento y desafíos.
En 2024, el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció un 2.4%, gracias al comercio interno y la inversión extranjera directa.
Paralelamente, el mercado de electrónicos y electrodomésticos alcanzó un valor superior a los 25,000 millones de dólares anuales, según datos de Statista, lo que evidencia una expansión sostenida.
A pesar de este panorama positivo, las empresas tecnológicas deben entender a fondo el comportamiento y las expectativas del consumidor mexicano para aprovechar las oportunidades que surgen.
Según un análisis de NielsenIQ México, aunque el 39% de los mexicanos se muestra entusiasmado con los avances tecnológicos, este optimismo está acompañado de un marcado escepticismo.
Un 63% de los consumidores prefiere esperar antes de adquirir nuevos productos, hasta tener pruebas claras sobre su funcionamiento o recibir recomendaciones favorables de otros usuarios. Este enfoque refleja a un consumidor más informado, que valora la confianza, el beneficio comprobado y el valor real de las innovaciones.
A pesar del crecimiento del sector, existen barreras económicas y sociales que siguen influyendo en los hábitos de compra.
Las principales preocupaciones de los consumidores mexicanos incluyen el crimen y la informalidad (49%), la inflación y los altos precios (41%), y los ingresos insuficientes para vivir cómodamente (21%).
Estas preocupaciones obligan a los consumidores a tomar decisiones de compra más racionales, lo que a su vez exige a las marcas presentar propuestas de valor claras, seguras y confiables.
La relación de los mexicanos con la tecnología va más allá de lo funcional. El 74% utiliza smartphones, el 64% tiene una Smart TV y el 58% emplea audífonos inalámbricos o earbuds Bluetooth.
Sin embargo, la tecnología no solo forma parte de la vida diaria, sino que también genera una conexión emocional.
El 44% de los mexicanos admite que le cuesta desconectarse de la tecnología, mientras que el 48% aprecia que los dispositivos los reconozcan y el 33% estaría dispuesto a compartir datos personales si esto representa beneficios o personalización.
Esto refleja una interacción profunda y compleja entre los mexicanos y la tecnología, un vínculo que sigue evolucionando en un entorno de crecimiento y cambio.