Un estudio encontró que muchas aplicaciones de control parental usadas para filtrar el contenido al que los menores pueden acceder a través de dispositivos electrónicos, comparten información de terceros y ponen en riesgo la privacidad de padres e hijos.
La investigación, realizada por la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza (EPFL) y los Institutos Madrileños de Estudios Avanzados (IMDEA), analizó 46 aplicaciones de Android que se descargan a través de Google Play Store.
Los resultados revelaron que el 70% de ellas comparten información sin el consentimiento del usuario.
Además, un 75% involucran a terceros que utilizan esos datos para las redes sociales o la publicidad, y el 80% de ellas no lo especifican en sus políticas de privacidad.
‘Con algunas de estas aplicaciones no puedes mirar nada en tu teléfono móvil sin que la información sea enviada a un servidor de fondo’, advirtió Carmela Troncoso, una de las investigadoras el estudio y directora de seguridad y privacidad para el laboratorio de ingeniería de EPFL.
La especialista mostró su sorpresa por la manera en la que estas aplicaciones atentan contra la privacidad, dada la creciente preocupación por este asunto entre la sociedad, y las leyes que protegen el acceso a los datos de los menores sin un consentimiento parental claro.
Los investigadores suizos y españoles esperan que esta información abra el debate sobre si la capacidad de estas aplicaciones para proteger a los menores justifica los riesgos de privacidad que conllevan.
‘Si vamos a permitir que se supervise a los niños con aplicaciones, probablemente deberían estar mucho más controladas y regularizadas. La pregunta es por quién y cómo, y esto es difícil’, concluyó Troncoso.
Los autores del estudio pidieron a los reguladores que garanticen que estas aplicaciones son seguras en términos de privacidad por encima del precio y la utilidad, para ayudar a que los padres tomen buenas decisiones.