Estados Unidos lleva a cabo este viernes el Día Nacional de la Desconexión, una jornada en la que se busca que las personas apaguen todos sus dispositivos digitales durante 24 horas.
El objetivo de esta iniciativa es fomentar la conexión con ellos mismos y los de su alrededor, además de tomarse un respiro de la tecnología.
La organización no gubernamental detrás de esta iniciativa aún desconoce el impacto de esta undécima edición, aunque espera una cifra superior a los 112,000 desconectados, una cantidad que cada año va en aumento.
El Día Nacional de la Desconexión, que ya tiene imitadores en algunos países, nació a partir del proyecto ‘Sabbath Manifiesto’ de 2010 como una adaptación a los nuevos tiempos del rito judío de los sábados.
Según la tradición hebrea, el sabbat, que es un día sagrado, se celebra desde el atardecer del sexto día de la semana hasta el anochecer del séptimo y se debe evitar cualquier tipo de trabajo durante esas horas.
‘Se trata de tomar un respiro de la tecnología, y especialmente de los teléfonos y las tablets, y también de incrementar nuestra relación con las personas que amamos y con el mundo que nos rodea’, señaló una de las organizadoras de este movimiento, Kim Cavallo.
Según los datos del Centro de Investigaciones Pew, el 81% de los adultos estadounidenses tenía un teléfono inteligente en 2019.
‘El objetivo es abrir una conversación acerca de cuánta tecnología usamos’, comenta Cavallo, quien cree que con un solo día al año no basta y habría que tener varios días de desconexión.
Paradójicamente los organizadores no van a desconectar hoy porque necesitan dar difusión a su mensaje.
‘Reconocemos la ironía de compartir el Día Nacional de la Desconexión vía las redes sociales, pero tenemos que llegar a la gente donde la gente está’, indicó la organización en un mensaje publicado a fines de febrero en el que se comprometía a no enviar tuits el 1 y 2 de marzo.
Según el Centro de Investigaciones Pew, el 96% de los jóvenes entre los 18 y 29 años poseen un teléfono inteligente, mientras que en las personas mayores de 65 años el porcentaje se reduce al 53%.