La fusión nuclear, que traería energía limpia y barata a toda la economía, está más cerca de lo que mucha gente cree, y sus consecuencias serían más profundas.
La startup de fusión nuclear Helion, que anunció la semana pasada que recaudó 500 millones de dólares, dice que ha desarrollado nuevas tecnologías que pueden hacer viable la fusión nuclear práctica, económica y ambientalmente factible.
Es demasiado pronto para saber si sus afirmaciones se concretarán, pero últimamente ha habido tantos avances, que no pueden descartarse.
Hay que tener en cuenta que una fuente de energía limpia y barata conducirá a otras. Tal vez la fusión nuclear no pueda usarse para producir combustible de hidrógeno relativamente limpio, pero luego podría implementarse de maneras que produciría una reacción en cadena que eventualmente traería energía limpia y barata para toda la economía.
Con esta tecnología, se podría llegar a distintas partes del mundo más rápido y muchos lugares remotos se transformarían para mejorar; muchos desiertos se aprovecharían; se podrían manipular las temperaturas al aire libre; los climas en Dinamarca en enero y Dubái en agosto ya no serían tan insoportables; no sería difícil derretir la nieve o generar una brisa refrescante; no solo habría más bienes y servicios disponibles, sino que la demanda de mano de obra también se dispararía; con el tiempo, se automatizarían más vuelos; los robots serían mucho más abundantes, lo que desencadenaría más efectos de segundo y tercer orden.
La energía barata también haría que la súpercomputación estuviera más disponible, la criptografía sería más conveniente y la nanotecnología más probable.
La fusión nuclear podría reemplazar todas las plantas de carbón. Pero las consecuencias secundarias no se detienen ahí, a medida que la desalinización del agua se volviera más factible, por ejemplo, el riego se volvería menos costoso. Muchas áreas serían más verdes y la gente podría criar más vacas y comer mas carne.
Debido a que la energía sería más barata, las tecnologías de protección, por ejemplo para eliminar el metano y el carbono del aire, también probablemente sería más factible y asequible.
Al menos a corto plazo, las naciones ricas en combustibles fósiles como Arabia Saudita y Rusia serían las perdedoras. A largo plazo, muchas naciones productoras de materias primas tendrían que preocuparse, ya que las países como China podrían encontrar más fácil cultivar más de su propia soya y dejar de comprar a Brasil y Argentina.
Las áreas afectadas por la sequía con desiertos y problemas de agua, pero con instituciones decentes, podrían ser algunos de los principales ganadores. Quizás el Oeste americano continuaría ganando económicamente en el Este. Toda esa tierra adicional podría destinarse a un uso más productivo.
Como suele ocurrir con las nuevas tecnologías, los desafíos son reales, pero el potencial es enorme.