Algunos de los gigantes tecnológicos de China perdieron más de 96,000 millones de dólares de valor de mercado en dos días.
La venta masiva de acciones tecnológicas de referencia es una llamada atención de que lo peor está lejos de terminar.
El gobierno chino dijo el viernes pasado que las plataformas de entrega de elementos en línea de China deberían reducir las tarifas que cobran las empresas, lo que provocó la caída de las acciones líderes de la industria por un valor de 96 mil millones de dólares.
Mientras tanto, la Oficina Nacional de Auditoría exigió a las empresas estatales que revelen su exposición financiera a Ant Group, filial tecnológica financiera de Alibaba Group.
Tencent Holdings se desplomó el lunes por los rumores –negados por la compañía– de más medidas en enérgicas regulatorias.
En solo dos días de negociación, el llamado cajero automático (Alibaba Tencent y Meituan) perdió alrededor de 95.7 mil millones en valor de mercado. Al cierre del lunes el índice tecnológico Hang Seng había caído un 6.1% este año.
Estos son indicios de que es poco probable que la campaña se relaje después de algunos trimestres. Más bien, cuando la campaña de ‘prosperidad común’ del presidente Xi Jinping, que apunta a reducir la brecha de riqueza y ampliar la clase media, tenga problemas, cada unidad productiva de la sociedad, desde el Ministerio de Finanzas hasta las grandes empresas, serán llamadas al sacrificio.
Las condiciones de las pequeñas empresas de China se recuperaron en la segunda mitad de 2020, solo para descarrilarse nuevamente, a medida que las estadísticas estrictas políticas de cero COVID del gobierno siguen afectando.
La última encuesta trimestral de 15,569 pequeñas empresas realizadas por la Universidad de Pekín y el Instituto de Investigación Ant Group pinta un panorama desolador: las ventas son débiles y la rentabilidad no está a la vista; las pequeñas empresas carecen de las reservas de efectivo para sobrevivir a los cierres prolongados.
Las ventas por medio estaban en solo 30.6% del nivel previo a la pandemia, mientras el 27% de los encuestados operaba con pérdidas y otros 19.1% apenas habían alcanzado el punto de equilibrio. Las pilas de efectivo promedio se agotarán en menos de tres meses si no hay ingresos.
Desde que se impulsó la ‘prosperidad común’ el verano pasado, se ha hablado mucho sobre si China se ha vuelto anticapitalista. Esa es la pregunta equivocada. Lo que está sucediendo ahora es que cuando la economía se desacelera, Beijing examina todos los rincones de la sociedad en busca de fuentes de ingresos.
Las llamadas Big Tech, desde Alibaba hasta Tencent, resultan ser más estables que el resto. Como tales, se les pedirá que contribuyen el bien común.