La guerra de Rusia contra Ucrania deja claro que, en lo que respecta al suministro global de chips, Estados Unidos controla todos los hilos.
EU ahora espera que las empresas tecnológicas chinas cumplan con las sanciones comerciales recientemente anunciadas contra Rusia, cuyo objetivo es cortar el acceso a sus militares a tecnologías sensibles, incluidos los semiconductores.
El software de referencia para el diseño de chips proviene de Estados Unidos, la maquinaria, el equipo y muchos de los elementos esenciales de la columna vertebral que alimentan una cadena de suministro integral de silicio, son proporcionados por proveedores estadounidenses.
El aparato mundial de fabricación de chips se derrumbaría de la noche a la mañana sin la participación de Estados Unidos.
Los avances tecnológicos sin chips son imposibles y también lo es obtener los que se necesiten sin el consentimiento de EU.
Pocas empresas de semiconductores en el mundo pueden crear planos de chip sin utilizar software de las firmas estadounidenses Synopsys y Cadence Design Systems. Muchas compañías que fabrican chips físicos, incluida Semiconductor Manufacturing International de China, utilizan equipos de Applied Materials y Lam Research Corp.
SMlC continua dependiendo de los equipos de Estados Unidos para la producción, incluso después de que la administración Trump los incluyera en la lista negra en 2020.
La violación de los nuevos controles de exportación de Estados Unidos puede llevar a SMIC a tener aún más dificultades para obtener licencias para producir piezas de reparación o equipos nuevos.
Eso, a su vez, pone en riesgo la supervivencia de SMlC y socava las ambiciones de China de eventualmente volverse autosuficiente en la fabricación de chips.
Esta situación pone a las empresas tecnológicas chinas en una posición muy incómoda: tener que apaciguar las demandas de Estados Unidos para preservar el acceso a la tecnología esencial, al mismo tiempo que su gobierno reclama públicamente ante la idea misma de poner restricciones comerciales.
‘China no aprueba recurrir a sanciones para tratar de resolver problemas’, dijo el portavoz del ministerio de relaciones exteriores, Wang Wenbin. Y agregó que las naciones ‘no deberían dañar los derechos e intereses legítimos de la parte china’.
La pregunta a largo plazo será: hasta qué punto Estados Unidos podrá mantener su liderazgo tecnológico y dictar los términos, incluso a socios que no están dispuestos a hacerlo, como lo es China.