La modelo Shereen Wu, de ascendencia taiwanesa-estadounidense, experimentó sorpresa al ver un video del desfile publicado en la cuenta de Instagram de un diseñador de moda.
En el clip, Wu caminaba por la pasarela luciendo un vestido negro de Michael Costello, pero algo llamó su atención: su rostro había sido reemplazado por el de una mujer blanca, totalmente desconocida para ella.
La narrativa de Wu ejemplifica la creciente influencia de la inteligencia artificial en la industria del modelaje, valuada en 2.5 millones de dólares, un cambio que algunos consideran transformador.
Marcas reconocidas como Levi’s, Louis Vuitton y Nike ya han establecido asociaciones con empresas que utilizan modelos generados por inteligencia artificial, destacando la capacidad de exhibir sus productos con una diversidad de modelos.
Sin embargo, en un sector que tradicionalmente celebra la perfección física, la tecnología de inteligencia artificial está creando nuevas y más amenazantes realidades.
Casi tres cuartas partes de los ejecutivos de la moda, identificaron a la inteligencia artificial generativa como una prioridad para sus empresas en 2024, según una encuesta publicada por McKinsey.
Además, más de una cuarta parte afirmó que ya la están utilizando en diseño y desarrollo creativo.
Los beneficios en términos de costos son innegables: mientras los modelos humanos pueden exigir tarifas que van desde 35 dólares por hora hasta cifras astronómicas por día, las agencias ofrecen el uso de modelos de IA por tan solo 29 dólares al mes.
Sin embargo, en este campo donde la perfección física es venerada, la tecnología de inteligencia artificial plantea cuestionamientos éticos. Algunos en la industria señalan que el uso de modelos generados por IA viola derechos de nombre, imagen y semejanza.
Una encuesta preliminar de septiembre realizada por Model Alliance, un grupo de defensa sin fines de lucro, reveló que casi el 18% de los 106 modelos encuestados informaron que se les pidió someterse a un escáner corporal para obtener un modelo 3D de su cuerpo o rostro, sin conocer el propósito del escaneo.
Además, menos modelos humanos significan menos oportunidades para estilistas, maquilladores y otros profesionales vinculados a la industria.
Vivek Jayaram, abogado de propiedad intelectual, comentó sobre la creación de modelos de IA: ‘Presumiblemente, la herramienta que se utiliza aprovecha datos extraídos que se han utilizado para entrenar un modelo de lenguaje grande’. Esto plantea interrogantes legales sobre derechos de autor y violaciones potenciales.
Se han utilizado versiones de inteligencia artificial de celebridades, como Scarlett Johansson, Ryan Reynolds y Tom Hanks, en anuncios, sin su consentimiento.
Sara Ziff, fundadora de Model Alliance en 2012, destaca: ‘Esta es una industria global multimillonaria construida principalmente sobre las espaldas de mujeres y niñas. Los trabajadores de nuestra comunidad merecen derechos y protecciones básicos, al igual que cualquier otra persona que trabaja para ganarse la vida, y este es el próximo gran desafío para nosotros’.