Tim Cook, director ejecutivo de Apple, presidió la apertura de una amplia tienda en el corazón de Shanghái, subrayando el compromiso de la empresa con China, tanto como mercado como centro de producción.
El trasfondo de esta inauguración se sitúa en el contexto de las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China, así como en los esfuerzos de Beijing por tranquilizar a los inversores extranjeros, preocupados por la incertidumbre regulatoria.
La presencia pública de Cook coincide con los intentos de la compañía por revitalizar las ventas del iPhone en su mercado extranjero más importante, mientras explora la posibilidad de trasladar parte de su producción a países como India, en un intento de mitigar las consecuencias de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.
‘Los amantes del iPhone seguirán siéndolo, pero habrá quienes opten por otras marcas’, expresó Xu, un residente de Shanghái que posee dispositivos tanto de Huawei como de Apple, destacando las cualidades de Huawei en términos de señal y duración de la batería.
A pesar de que el precio del nuevo iPhone fue considerado ‘aceptable’ por algunos residentes de Shanghái, se percibe como caro en comparación con las marcas nacionales.
China continúa siendo un componente integral en el futuro de Apple. Cook afirmó en el Global Times, respaldado por el Estado, que ‘no hay cadena de suministro en el mundo más crítica para nosotros que la de China’.
La relación de Apple con China se ve respaldada por una compleja cadena de suministro liderada por Foxconn, que genera millones de empleos e inversiones en la capacidad de fabricación de China.
Sin embargo, han surgido tensiones en esta relación, exacerbadas por la prohibición gubernamental de iPhones en agencias estatales y empresas respaldadas por el gobierno, además de una economía china debilitada y el resurgimiento de Huawei, lo que ha contribuido a una disminución en las ventas del último iPhone en China.
Parte de la producción de iPhone, valorada en miles de millones de dólares, se ha trasladado a India, donde ya no hay retrasos en la fabricación y venta de la última generación de teléfonos.
Aunque el iPhone sigue siendo un producto premium deseado, los problemas económicos de China han influido en los hábitos de gasto de los consumidores.
La visita de Cook y la apertura de la tienda en Shanghái brindan a Apple y a China un motivo de celebración, aunque sus perspectivas y relaciones a largo plazo sigan bajo tensión.