El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció una inversión de 6,140 millones de dólares para la construcción de una planta de semiconductores en el norte del estado de Nueva York e Idaho.
El proyecto, en colaboración con la empresa Micron, forma parte de su estrategia para asegurar la producción local de estos componentes vitales para el desarrollo industrial del país.
Durante un evento en la ciudad de Syracuse, el presidente destacó que esta inversión generará miles de empleos manufactureros tanto en la construcción como en la operación de un complejo de plantas con una extensión equivalente a cuarenta campos de futbol, con salarios que alcanzarán los 100,000 dólares y sin requerir un grado universitario.
Biden recordó la importancia estratégica de los semiconductores y cómo la escasez durante la pandemia de COVID-19 contribuyó significativamente a la inflación del año pasado. Enfatizó en la necesidad de recuperar la fabricación local de estos chips, subrayando el papel fundamental de Estados Unidos en su invención y desarrollo.
La nueva planta de Micron Technology en Nueva York estará ubicada en la localidad de Clay y se espera que genere 70,000 empleos, incluyendo 20,000 puestos directos en construcción y manufactura.
El presidente elogió el compromiso del CEO de Micron, Sanjay Mehrotra, en este proyecto, que forma parte del programa CHIPS de la Casa Blanca. Este programa tiene como objetivo impulsar la inversión y préstamos en el desarrollo de plantas de semiconductores para fortalecer la independencia tecnológica del país frente a China.
El acuerdo, gestionado por el Departamento de Comercio, es parte de un compromiso mayor de Micron para invertir 100,000 millones de dólares en la planta de Nueva York y 25,000 en la de Idaho, convirtiéndose en la mayor inversión privada en la historia de ambos estados, según la Casa Blanca.
La taiwanesa TSMC lidera mundialmente la producción de chips avanzados, y los incentivos estadounidenses en este sector han impulsado la construcción de una gran planta en Arizona, que podría convertirse en un centro crucial para el desarrollo de semiconductores en Estados Unidos.