Por: Eduardo della Maggiora, Fundador y CEO de Betterfly
Con el inicio de un nuevo año llegan esperanzas, proyectos y buenos deseos. Entre ellos, el más básico siempre es desear buena salud, tanto para nuestros seres queridos como para nosotros mismos.
La salud es el activo más valioso que poseemos, ya que impacta cada aspecto de nuestras vidas. A pesar de que nuestras vidas han evolucionado, los sistemas de asistencia médica globales permanecen desactualizados, operando como si viviéramos en el pasado.
Durante décadas, tanto en el sistema de prestadores como en el de aseguradores, se ha operado bajo un modelo reactivo, que sólo actúa cuando la enfermedad ya ha hecho su aparición, ignorando una de las oportunidades más transformadoras de nuestro tiempo: la prevención.
Actualmente, el 73% de la población mundial reporta bajos niveles de actividad física, comparada con el 17% registrado en 1980, una tendencia alarmante que subraya la necesidad urgente de un enfoque preventivo en salud. Además, el consumo de alimentos procesados ha incrementado en 780 kcal per cápita por día desde 1980, contribuyendo al aumento en enfermedades crónicas como la obesidad, que afecta al 43% de los adultos en 2020, frente al 10% en 1980.
Estas cifras reflejan una crisis global que demanda un cambio radical hacia modelos más eficientes y preventivos. Participar en la Health Care Conference de JP Morgan esta semana reafirmó mi preocupación y convicción sobre la necesidad de este cambio.
La buena noticia es que contamos con las herramientas necesarias para cambiar este paradigma. La tecnología, con la inteligencia artificial como gran protagonista, y el uso de la data al servicio de las personas están transformando la manera en que entendemos y manejamos nuestra salud.
Los dispositivos portátiles y las plataformas digitales nos permiten monitorear en tiempo real indicadores clave como la frecuencia cardíaca, los niveles de estrés y la calidad del sueño. Pero más allá del monitoreo, la verdadera revolución radica en convertir estos datos en acciones concretas, personalizadas y preventivas.
Hoy es posible imaginar un compañero de salud impulsado por inteligencia artificial que no solo registre nuestros pasos o el ritmo cardíaco, sino que entienda nuestro historial clínico y nos guíe proactivamente. Este sistema podría alertarnos sobre señales tempranas de estrés, sugerir ejercicios de meditación o recordarnos realizar chequeos médicos según nuestros factores de riesgo.
Además, estas tecnologías no solo transforman la prevención, sino también la forma en que accedemos a seguros y beneficios de salud. Gracias a la personalización de datos en tiempo real, una persona puede recibir recomendaciones específicas para maximizar sus beneficios o simplificar trámites complejos como la presentación de siniestros.
En el lugar de trabajo, las empresas que implementan programas de salud digital reducen el ausentismo, mejoran la productividad y fomentan una cultura de bienestar sólida entre sus colaboradores. Incentivar hábitos saludables—como caminar más, realizar chequeos preventivos o gestionar el estrés—no solo beneficia directamente a los colaboradores, sino que también fortalece el compromiso organizacional. Al mismo tiempo, estas iniciativas generan un impacto positivo en la sociedad, aliviando la carga sobre los sistemas públicos de salud y promoviendo comunidades más saludables y resilientes.
Estamos en un punto de inflexión único, donde la tecnología y la colaboración pueden transformar radicalmente el cuidado de la salud. Este cambio, sin embargo, no ocurrirá automáticamente. Requiere un esfuerzo colectivo que alinee a individuos, empresas, gobiernos y aseguradoras en torno a un objetivo común: mejorar la calidad de vida de manera sostenible.
El momento de actuar es ahora. Contamos con las herramientas necesarias para construir un sistema de salud centrado en la prevención y en las personas, uno que no solo responda a las enfermedades, sino que las anticipe y, en muchos casos, las evite. Porque cada pequeño cambio cuenta, y juntos podemos aprovechar el potencial de la tecnología para crear un mundo donde todos vivan más y mejor.