Las acciones de Nvidia subieron el miércoles después de que su socio clave, Super Micro Computer, anunciara que sus nuevos sistemas para centros de datos de inteligencia artificial, impulsados por los avanzados chips Blackwell de Nvidia, ya están listos para su envío.
El producto de Super Micro, que constituye la infraestructura central para centros de datos de IA que requieren operar chips Blackwell a gran escala, ha alcanzado su ‘disponibilidad total en producción’, según un comunicado.
La noticia ayudó a disipar algunas preocupaciones sobre las limitaciones en la cadena de suministro de Nvidia, un desafío que la empresa ha señalado en la implementación de sus chips de IA más avanzados.
Las acciones de la compañía subieron hasta un 5.1% el miércoles, alcanzando los 124.64 dólares en Nueva York.
El fabricante de chips, con sede en Santa Clara, California, ha enfrentado dificultades para expandir su cadena de suministro y cumplir con la producción del chip Blackwell. La demanda sigue superando la oferta, y la compañía ha señalado la complejidad de escalar su producción debido a la necesidad de componentes personalizados.
‘Parece que casi todas las empresas del mundo están involucradas en nuestra cadena de suministro’, dijo el director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang. En esa misma conversación, mencionó específicamente a Super Micro, junto con SK Hynix, Taiwan Semiconductor Manufacturing, Foxconn Technology Group y otros socios clave.
La disponibilidad de productos basados en Blackwell es un avance positivo para Super Micro. En diciembre, la compañía anunció la sustitución de su liderazgo financiero tras un año complicado, luego de que un ex empleado alegara en una corte federal que la empresa intentó inflar sus ingresos.
Posteriormente, el fondo bajista Hindenburg Research citó estas acusaciones en un informe sobre Super Micro, en el que señaló “graves señales de alerta contable, evidencia de transacciones no reveladas, fallos en sanciones y controles de exportación, además de problemas con clientes”. Su auditor, Ernst & Young, renunció posteriormente argumentando preocupaciones sobre la gobernanza y transparencia de la empresa.
Además, la compañía enfrenta una investigación del Departamento de Justicia de EU tras la publicación del informe de Hindenburg.
