Una batalla que desde ahora se pronostica como muy taquillera, es la que tiene que ver con el rol que jugará la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el mundo de las telecomunicaciones.
Nada más y nada menos se trata de la segunda red de fibra óptica más grande del país, después de Teléfonos de México, con algo así como 22 mil kilómetros de un tendido que corre a lo largo y ancho del país, montado en las torres que llevan la electricidad a 60 millones de hogares, y que también podrían llevar telefonía.
Como es obvio, la incorporación de este gigante tiene múltiples implicaciones:
La primera gran pregunta es si deberá incorporarse rentando su infraestructura o dando servicio como «carrier de carriers». Para muchos la vocación natural de CFE es llevar electricidad a todo el país, por lo que meterse a competir con Telmex, Alestra, Unefon o Telefónica la distraería de una función social y estratégica que, además, desempeña con excelencia.Además, su cabeza de sector es hoy la Secretaría de Energía, de Georgina Kessel, y cabe preguntar si también respondería ahora a la Secretaría de Comunicaciones (Luis Téllez), a la Cofetel (Héctor Osuna) o a la SHCP (Agustín Carstens), el alejamiento de su misión.Los chicos del contraespionaje aseguran al respecto que en la CFE ya trabajan como si fueran a ser el Telmex II, y que hasta contrataciones se están haciendo para tal efecto. Pero lo peor es que todos los cálculos que se realizan son con base en las tarifas precisamente de Telmex, lo que pondría al país frente a un duopolio explosivo.Quienes se pronuncian porque CFE opere como «carrier de carriers» justifican la incursión en el hecho de que, por primera vez, el gobierno federal tendría la posibilidad de desarrollar una especie de «banca de desarrollo» en las telecomunicaciones. Esto es que, mediante un gigante en la red de fibra óptica, demostrara que sí se puede competir con menores tarifas y que, además, esto no sólo es negocio, sino buen negocio. Entrar a competir para ordenar el mercado. Como la banca de desarrollo con los bancos, como lo hacen hoy las nuevas aerolíneas, como abundan ejemplos al respecto, sin tratarse de subsidios, populismo o distorsiones económicas.Como siempre, no faltan los mal pensados que argumentan, desde ahora, que si la CFE va a entrarle a las telecomunicaciones, algo se tendría que hacer para evitar que los hermanos Elías Ayub se encontraran en el mismo mercado; uno, Alfredo, como director de la Comisión Federal, y otro, Arturo, como brazo derecho de Carlos Slim.
Fuente: Herminio Rebollo Pinal, El Financiero, México