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Fases del mercado móvil (Columna de Ernesto Piedras)

El continuo dinamismo del mercado móvil en México se revisa periódicamente en este espacio, medido en términos del número de líneas, de ingresos, de la profundización de sus servicios en términos de minutos e ingreso por usuario, etcétera.

Aun con el deteriorado ambiente macroeconómico, al cierre del 2008, el número de líneas aumentó 13.4% en términos anuales (YoY) y 3% con respecto al trimestre inmediato anterior (QoQ), ayudado por la estacionalidad presente en el último trimestre de cada año, así como por las promociones navideñas de los operadores.

Desde la introducción de estos servicios en nuestro mercado nacional hace ya más de 20 años, ese dinamismo ha sido la marca característica y, sin embargo, el mercado ya no es el mismo. Hoy se hace claro que estos accesos móviles son mucho más que una tecnología de lujo o para ricos. Mucho menos, tan sólo un simple teléfono. Es un acceso de telecom integrales, con movilidad y multifuncionalidad de cámara de foto y video, música, Internet, correo electrónico, etcétera…¡ah claro!, y que sirve además para hablar por teléfono.

El crecimiento del mercado en líneas es discernible en cuatro etapas. Primero, una de lento crecimiento caracterizada por la resultante baja penetración móvil, altas tarifas, mercado de pospago, confusión de pagos por la inexistencia del esquema de El que Llama Paga, entre otras características del periodo 1988-1996.

La Segunda Etapa (1996 hasta febrero del 2000) se caracteriza por una detonación del ritmo de crecimiento, atribuible a la relativamente pequeña base de usuarios. En enero de 1996 había tan sólo 700,000 líneas. Además, la novedad del servicio de telefonía móvil, aunado a la creciente necesidad de movilidad de los usuarios de negocios, contribuyó al acelerado crecimiento inicial.

Durante este periodo, se observó un crecimiento anual promedio de 72.7 por ciento.

La Tercera Etapa, a partir del 2000, se caracteriza por una base mayor pero aún con crecimientos anuales muy impresionantes, promediando 62.5% por año entre enero del 2000 y agosto del 2003. Ahí, el mercado mexicano contaba ya con más de 8 millones de líneas, en donde las personas de niveles socioeconómicos altos ya contaban con una línea móvil, por lo que el servicio comenzó a permear a niveles socioeconómicos intermedios e incluso bajos, con la consecuente desaceleración de sus ritmos.

Finalmente, a partir de junio del 2003, podemos observar una estabilización de la tasa anual de crecimiento alrededor de 20%, por demás envidiable para cualquier otro sector de la economía. Esto se debe a la maduración intermedia del mercado de telecomunicaciones móviles y a una adopción prácticamente total del servicio. Es importante recordar que del total de la población de un país, no todas las personas han sido clientes potenciales; normalmente los niños pequeños y los adultos mayores no contaban con una línea móvil, pero al aumentar la cantidad de líneas en el país, es cada vez más elevado el costo de no poseer una y, en consecuencia, estar aislado de las comunicaciones, aun para dichos segmentos poblacionales.

Aun así, esta dinámica de crecimiento es similar en otros países con mercados de telecomunicaciones más maduros que el de nuestro país. En los siguientes años, podemos esperar que la penetración de las telecomunicaciones móviles alcance e incluso supere 100%, como es el caso de los países europeos y de Argentina, en Latinoamérica.

Con todo es de esperar que, con la maduración del mercado, en combinación con el poco propicio entorno macroeconómico, no se observen los altos ritmos de crecimiento que se venían reportando tanto en el número total de líneas como en los ingresos de los operadores.

Fuente: El Economista, Ernesto Piedras, Director General de The Competitive Intelligence Unit (www.the-ciu.net