Las casetas telefónicas han comenzado su proceso de extinción en España. De las 100,000 casetas que había en el país en el año 2000, ahora quedan 25,820, y en el 2017 empezarán a desaparecer a un ritmo interanual del 40%.
De las cabinas aún restantes, todas ellas son deficitarias e incluso presentan fallas, como tragarse las monedas; además, muchas de ellas están siendo vandalizadas.
Sin embargo, por un decreto real, se obliga a la empresa Telefónica a garantizar la oferta de teléfonos públicos hasta diciembre del 2016.
Los smartphones, con todas las virtudes, incluida desde luego la movilidad, hacen ver a las casetas telefónicas como piezas de museo, que en su tiempo cumplieron con creces su misión histórica de comunicar a la gente.
Con información de El País