Así se ha mostrado en un análisis realizado por la consultora de comunicación Torres y Carrera, en colaboración con Evidentia Marketing y expertos de Seguridad y Salud Laboral.
Según explica Alexandra Mariño, Senior Manager de TYC, las nuevas tecnologías propician nuevas conexiones cerebrales y favorecen nuevos métodos de aprendizaje.
Sin embargo, la generalización en el uso de las redes sociales y de mensajería instantánea provoca una sensación de conectividad, que ampara nuestra soledad.
Las denominadas tecnopatías son apenas un adelanto de enfermedades profesionales que potencialmente podrán generarse.
El Mapa de las Tecnopatías:
Apnea del WhatsApp: Ocurre a quienes rastrean compulsivamente esta app en búsqueda de mensajes. Síndrome de la llamada imaginaria: Se desencadena cuando nuestro cerebro nos hace imaginar que escuchamos el tono de una llamada.
Nomofobia: Se manifiesta con ansiedad y un miedo irracional ante la posibilidad de perder el móvil o salir de casa sin él.
Depresión de Facebook: Ocurre a quienes visualizan perfiles como un recurso para aliviar su tristeza al recordar momentos felices el pasado.
Síndrome de Google: El cerebro no logra recordar y se olvida de datos, ante la posibilidad de acceder fácilmente y en cualquier momento a la información.
Hipersensibilidad electromagnética: Este es un trastorno de base neurológica que sufren algunas personas que reaccionan ante las radiaciones electromagnéticas no ionizantes, como las que emiten los teléfonos móviles o las antenas de telefonía. Los principales picos en el uso de las aplicaciones ocurren durante el periodo de la jornada laboral, es decir entre las 9:00 y 19:00 horas. Este dato confirma el peso que ha adquirido el acceso a las redes en la vida cotidiana.
Con información de El Economista.es