Este miércoles, la AEPD inició la investigación de las comunicaciones de datos personales entre Facebook y WhatsApp, con la intención de comprobar si el tratamiento de la información personal de los usuarios de ambos servicios respeta la legislación española de protección de datos.
En la investigación se analizará qué información se recaba de los usuarios de WhatsApp para enviar a Facebook, con qué propósito se utiliza y los plazos de conservación de los datos, entre otras cosas. En el caso de que la compañía estuviese infringiendo la ley, será la misma investigación la que determine las responsabilidades correspondientes.
La Agencia estará en contacto con las autoridades de otros países como Alemania, Italia y Reino Unido, para coordinarse en la protección de datos, sin embargo cada país actuará en función de sus distintas legislaciones.
Por su parte Facebook, en declaración a El País, explicó que la compañía cumple con la política de protección de datos de la Unión Europea. ‘Trabajaremos con la AEPD para responder las preguntas y resolver cualquier preocupación al respecto’, aseguró el portavoz de la compañía.
Ante el reglamento único europeo de Protección de Datos que entró en vigor en mayo de este año, es obligatorio tener el consentimiento expreso del usuario para poder utilizar sus datos.
El profesor, abogado y experto en protección de datos Borja Adsuara, explica que el principal problema es que WhatsApp cambió los términos y las condiciones de uso de sus servicios sin contar con el consentimiento expreso por parte del usuario, la compañía entendía que si, en las semanas posteriores a la actualización, el usuario y no manifestaba su disconformidad, éste aceptaba los nuevos términos por omisión.
‘Así funcionaba antes, pero ya no. Con el reglamento único europeo, que entró en vigor en mayo de este año, es obligatorio tener el consentimiento expreso del usuario para poder usar sus datos’, y además, añade que este reglamento es de cumplimiento obligatorio en todos los países de la Unión Europea.
‘Primero tienen que informar qué datos se van a compartir, cuánto tiempo los van a guardar, para qué los van usar. Y con esa información, uno debe decidir si da su consentimiento o no’, expone Adsuara, y recuerda que Facebook no es un servicio gratuito, sino que se paga con los datos.
Una solución al problema, según el experto, es confiar en las Agencias de Protección de Datos. Su misión es leer los términos y condiciones que todos firmamos sin leer. Además, las agencias deben vigilar que las empresas no incluyan ninguna cláusula abusiva contra las que el consumidor no puede luchar, concluye Adsuara, y agrega que la Agencia no solo debe vigilar que las empresas europeas cumplan con la ley, sino también las estadounidenses que operan en Europa.
Con información de El País