Con la idea de que la tecnología puede rehacer sectores enteros de la economía, así como la seguridad nacional, China está siendo invadida por enormes cantidades de dinero de compañías de Internet y de su Gobierno.
Sin embargo, en esta nueva carrera armamentista mundial, Estados Unidos también está presente en un esfuerzo similar, solo que China tiene tres ventajas: una gran cantidad ingenieros para diseñar el software, una base masiva en 751 millones de usuarios de Internet y, lo más importante, el apoyo del Gobierno, que incluye la entrega de datos de los ciudadanos, algo que en occidente no resulta sencillo.
El tema de los datos es fundamental, porque es así como los ingenieros de Inteligencia Artificial (IA) entrenan y prueban algoritmos para adaptarse y aprender nuevas habilidades sin necesidad de programadores humanos. La mayoría de las megaciudades chinas han creado institutos para IA, que incluyen acuerdos para compartir datos.
Según Xu Li, que dirige Sense Time Group, fábrica de software de Inteligencia Artificial, comenta que ‘en China, la población es enorme, por lo que es mucho más fácil recopilar datos para cualquier escenario que se necesite. Cuando hablamos de datos, realmente la fuente de datos más grande es el Gobierno’.
El esfuerzo es de tal magnitud, que el país acaba de consagrar la búsqueda de la Inteligencia Artificial en una especie de constitución tecnológica nacional. Un plan estatal emitido en julio pide que la nación se convierta en el líder mundial de la industria para 2030. El Gobierno estima que cinco años la industria aportará 400,000 millones de yuanes, es decir 59,000 millones de dólares a la actividad económica.
Los gigantes tecnológicos de China, particularmente Tencent y Baidu, se están subiendo a bordo.
Jiebo Luo, profesor de Ciencias de la Computación en la Universidad de Rochester comentó que ‘el acceso a los datos siempre sido más fácil en China, pero ahora la gente en el Gobierno, las organizaciones y las empresas han reconocido el valor de los datos. Mientras puedan encontrar a alguien en quien confiar, están dispuestos a compartirlos’.
En tanto esto ocurre en China, en el Reino Unido, por ejemplo, DeepMind, el laboratorio de AI de Alphabet de Google, ha trabajado durante casi dos años para acceder a los registros médicos del Servicio Nacional de Salud, para una aplicación de diagnóstico. La agencia tuvo que iniciar un juicio para utilizar 1.6 millones de registros de pacientes. El mes pasado, el principal guardián de la privacidad en el Reino Unido declaró que el juicio viola las leyes británicas de protección de datos, lo que pone en tela de juicio su futuro.
En contraste con esto, en la primera Cumbre de Ecología de Datos Médicos y de Salud, Los funcionarios de la ciudad compartieron 80 exabytes de videos de ecografía cardiaca, según una compañía que participó. Con el conjunto masivo de datos, algunas de las empresas tenían la tarea de construir una herramienta de AI que pudiera identificar enfermedades del corazón, idealmente a tasas superiores a las de los expertos médicos.
Además, el Gobierno reveló en 2015 que estaba construyendo una base de datos nacional que marcaría a los ciudadanos respecto a la confidencialidad, lo que a su vez alimentaria a sus niveles de crédito. El año pasado el primer ministro de China Li Keqiang, dijo que el 80% de los datos de la nación estaban en manos públicas y que se abrirían al público con la promesa no específica de proteger la privacidad.
Ante todo esto, algunos investigadores disipan la idea de que los datos puedan ser la panacea. Las operaciones avanzadas AI, como DeepMind, a menudo se basan en datos simulados, explicó el cofundador Demis Hassabis durante un viaje a China. DeepMind utiliza los videojuegos Atari para entrenar su sistema. Los ingenieros que construyen el software autodistribuidor del coche, lo prueban con frecuencia de esta manera, simulando situaciones en la carretera o choques virtuales.
Volviendo a China, el país está ganando terreno al producir más ingenieros de alto nivel que desarrollen algoritmos de AI para compañías estadounidenses y, cada vez más para China. Las universidades chinas y las firmas privadas están recurriendo activamente investigadores de AI de todo el mundo y recuperando talento de alto valor que ahora está en el extranjero.
Según comentó Qi Li, uno de los principales ejecutivos de Microsoft que regresa a China a liderar al gigante en AI, ‘China tiene ventajas estructurales porque puede adquirir más y mejores datos para impulsar el desarrollo de AI, debemos tener la oportunidad de liderar el mundo’.
Con información de Bloomberg