Dos escuelas en Italia –en Piacenza y Palermo– iniciaron un programa de ‘desintoxicación digital’ al prohibir el uso de teléfonos móviles para favorecer la concentración de los alumnos y ayudarles en su socialización.
En Italia, no hay una ley que prohíba la utilización de los teléfonos móviles en las escuelas, sino que cada colegio decide las medidas de forma independiente.
El exministro de Educación italiano Giuseppe Fioroni negó en 2007 el uso de móviles en las escuelas, pero en 2017 la exministra Valeria Fedeli revirtió la decisión al considerar que ‘prohibir el uso del móvil en la escuela no es la solución’.
La intención de estos dos institutos es quitar el móvil a los estudiantes para que interactúen entre ellos mientras están en la escuela y también ayudar a que no pierdan la concentración en las aulas.
En Piacenza, los móviles se guardan en el interior de una funda magnética que se bloquea con una alarma similar a los sistemas antirrobos de las tiendas y que, para poder abrirla, el profesor tiene que desactivarla.
Este estuche se llama ‘Yondr’, los alumnos tienen que colocar su dispositivo en él cuando entran en el aula y solo podrán volver a recuperar el móvil cuando el profesor lo desbloquee al final de la lección.
En tanto, en el instituto católico Gonzaga de Palermo, los teléfonos se dejan en una mesa con ruedas y hay una bandeja para cada curso.
Estos dos colegios han iniciado una revolución contra los móviles en las clases, una medida que, precisan, no es una batalla en contra de la tecnología sino una decisión para fomentar las relaciones entre alumnos.