Un equipo de científicos de la Universidad Técnica Checa en Praga (CVUT) desarrolló un sistema que permite extraer agua del aire mediante una instalación que funciona de forma autónoma con energía solar.
El primer prototipo lleva el nombre de ‘Solar Air Water Energy Resource’ (SAWER) y es capaz de producir unos 100 litros de agua potable por día en cualquier lugar del planeta, incluyendo el desierto.
Los expertos de la CVUT instalaron este equipo en Sweihan (Emiratos Árabes Unidos), unos 70 kilómetros al este de Abu Dhabi.
Tomas Matuska, catedrático de Ingeniería Civil en la CVUT, explicó que SAWER ‘no es un proceso revolucionario, sino uno inusual’ ya que utiliza aparatos que son ‘habituales en la industria alimentaria para deshumidificar el aire‘.
El sistema está compuesto por un desecador que acumula moléculas de agua en sus paredes, mientras que un calentador de aire produce vapor de agua que se une a esas moléculas de agua, y mediante un enfriamiento de convención recoge el agua.
El proyecto SAWER comenzó en Praga en 2017, con la participación de doce personas, que crearon este primer prototipo que ocupa dos contenedores de carga de seis metros de largo.
Uno de ellos contiene la unidad de producción, incluido el equipo de tratamiento del agua destilada para hacerla potable, y el segundo alberga los acumuladores, para impulsar los procesos de calor y frío, así como los sistemas de control de energía.
Sobre los dos contenedores se colocan módulos de panel fotovoltaico PVT, con una superficie total de 120 metros cuadrados. para producir la energía necesaria para poner en marcha el proceso.
El objetivo de estos equipos móviles es favorecer condiciones de vida en sitios inhabitables o facilitar el trabajo de misiones civiles o militares en lugares remotos que requieren una fuente de agua de emergencia.
‘La prueba (cerca de Abu Dhabi) durará unos seis meses, porque queremos tener información con datos del verano, del otoño y del invierno’, apuntó Matuska, quien forma parte del equipo que ha desarrollado SAWER en la capital checa.
Durante ese período se analizará el comportamiento del prototipo, cuyos componentes fueron probados en laboratorio, aunque que no tiene un manejo complejo, pues sólo requiere ‘cambiar los filtros del aire, vaciar el bidón de agua o limpiar de suciedad los colectores de los paneles fotovoltaicos’, explica el científico.
La producción del prototipo tuvo un costo de 400,000 dólares, lo que hace que por ahora el agua extraída sea muy cara, con más de 10 dólares por litro en el primer año.
El equipo tiene planes de desarrollar el año próximo otro prototipo SAWER similar para las zonas desérticas de Chile.