Una nueva técnica utilizada por ciberdelincuentes denominada ‘sextorsión’ utiliza una aplicación móvil para Android que obtiene información confidencial de la víctima para después solicitar un pago a cambio de no difundirla, informó Trend Micro.
Los cibercriminales obligan a sus víctimas a realizar actos sexuales o a pagar grandes sumas de dinero a cambio de no revelar imágenes comprometedoras, videos explícitos o chats con contenido sexual en donde han participado las víctimas.
Estos contenidos son sustraídos utilizando varias aplicaciones como Skype, la cual es la más utilizada debido a sus capacidades de grabación de chat, audio y video integrado.
Anteriormente, la ‘sextorsión’ consistía en extorsionar a la víctima con el contenido obtenido ilícitamente a cambio de realizar actividades sexuales con el cibercriminal. Sin embargo, en 2012, los cibercriminales descubrieron que la ‘sextorsión’ podía ser monetizada y obtener de esta manera un beneficio económico.
En abril del 2014, la INTERPOL, desmanteló una organización de 58 criminales dedicada a la ‘sextorsión’ en Filipinas. El modus operandi de esta organización consistía en que 4 o 5 integrantes de la banda creaban perfiles de Facebook utilizando fotos de mujeres muy atractivas para hacer que los hombres tuvieran una conversación por chat con ellas. El siguiente paso era llevar la conversación a una plataforma con video, como Skype.
Las víctimas desconocían que la conversación está siendo grabada sin su autorización y los materiales grabados serán luego utilizados para chantajearlas, forzándolas a realizar un pago de 1,000 dólares a cambio de no publicar los videos que podrían dañar su reputación. Si las víctimas se rehusaban a pagar, los cibercriminales amenazan con publicar dicho contenido en YouTube.
Actualmente, los piratas informáticos han introducido el uso de una aplicación móvil basada en Android, y con la excusa de tener problemas de audio durante el videochat, inducen a la víctima a descargar dicha aplicación para solucionar el problema. De esta manera, los cibercriminales logran extraer la información de los contactos almacenados en el teléfono. Una vez obtenidos estos datos, intimidan a la víctima con hacer llegar los videos a toda su lista de contactos.
Los incidentes de ‘sextorsión’ son muy difíciles de investigar debido a que difícilmente las víctimas admitirán haber sido parte de los videos y prefieren pagar la extorsión a los cibercriminales.