América Latina puede pasar de ser un consumidor neto a un productor de tecnología si los latinoamericanos se convencen de que pueden innovar y si se impulsa en la región el «triángulo virtuoso» de las asociaciones público-privadas y las universidades.
Esa es la visión del presidente y gerente general Cisco para América Latina, Héctor Gustavo Sorgente, quien se pregunta por qué, por ejemplo, las aplicaciones que ahora se usan masivamente en los teléfonos inteligentes no se pueden generar en la región.
En América Latina «hay mucho talento» y lo que falta es propiciar las condiciones para su desarrollo en el campo tecnológico, lo que pasa por un cambio de mentalidad en los funcionarios gubernamentales y empresarios que les permita convertirse en «facilitadores» de esa transformación.
La región «está claramente rezagada comparada con los países más desarrollados en términos de infraestructura» tecnológica, lo que a su vez «representa una tremenda importunidad», dijo el alto ejecutivo de Cisco, que ha construido las redes por las que pasa el 90% del tráfico de Internet de América Latina, según datos de la empresa.
Sobre las multimillonarias inversiones públicas que suponen la modernización tecnológica, Sorgente dijo que cualquier cifra que se ofrezca resulta «irrelevante» si se compara con el impacto social y económico «tan grande» que traerá a la región.
Si los latinoamericanos terminan de «creerse» que pueden innovar y se genera la infraestructura para que los jóvenes desarrollen su creatividad, la región «puede ser demoledora» en términos de productividad, añadió Sorgente.
El alto directivo destacó que el crecimiento de América Latina en los últimos años ha estado por encima del promedio de otras regiones del mundo pero que ese ya no es el caso, y «habrá que acostumbrarse a un crecimiento más moderado a menos que la región realmente haga cosas diferentes».
«Tenemos que comenzar a darnos el lujo de probar y probar y lograr la innovación. Y la relación entre el sector público-privado y la academia es una piedra fundamental para eso. Necesitamos generar esa ansiedad en la gente de que puede salir al mundo con un proyecto hecho en Ecuador, Argentina, Colombia, en Costa Rica o donde sea en Latinoamérica y ese escenario es posible», aseveró.
Sorgente, quien intervendrá en el Foro Económico Mundial para Latinoamérica que se realizará mañana en Panamá, enfatizó en que la relación de las asociaciones público-privada y la academia «es una herramienta de innovación tremendo», pero ahora «no es tan común en América Latina».
El cambio de mentalidad incluye, además, la inversión en investigación a través de, por ejemplo, «fondos de inversión de riesgo que ayudan a los emprendedores a tomar desafíos», como ocurre en el mundo desarrollado.
Los grandes proyectos son el producto «de grandes fracasos previos o de una serie de intentos» y, eso, además de creatividad y perseverancia, requiere dinero, indicó.
El alto ejecutivo resaltó que todos los países de la región tienen un «embrión» para crear una «agenda digital de solución, de aplicaciones, de valor», y que incluso algunos ya han dado el salto, como Argentina y Uruguay.
Ambos países «empezaron con la industria del software en un momento de crisis, en el 2000», y «presionados por hacer algo diferente crearon de la nada una industria que tiene hoy un segundo o tercer lugar dentro de la contribución del producto interno bruto (PIB)», aseveró.
«Vemos que Latinoamérica es una región hoy en día que realmente puede tomar el liderazgo en la agenda digital (…) los mercados se toman por sorpresa. No importa lo que los demás crean sino lo que nosotros creamos y yo creo que lo que nos falta es darnos el permiso de fallar, de probar, de intentar», añadió Sorgente.
El noveno Foro Económico Mundial para Latinoamérica será inaugurado mañana y en él participarán alrededor de 600 líderes empresariales, funcionarios gubernamentales y expertos que disertarán sobre el futuro de la región bajo el lema «Abriendo caminos para el progreso compartido».
EFE