La guerra comercial que ha gestado el presidente Donald Trump induce a las dos economías más grandes del mundo –China y Estados Unidos– a definir un objetivo común.
Los CEO de Apple, Tim Cook; Sundar Pichai, de Google; y Ginni Rometty, de IBM, asistirán al China Development Forum, una reunión anual que ayuda a las empresas occidentales a entablar relaciones con los funcionarios del Gobierno del país.
Cook, que presidirá el evento este año, tiene más juego con Apple en China que otras compañías tecnológicas de Estados Unidos.
Sus iPhones y otros dispositivos se han vendido bien en el país, pero los ingresos en la región cayeron en el último año fiscal de la compañía.
Apple también ha sido criticada recientemente por reubicar los datos de los usuarios de iCloud en servidores controlados por el estado.
IBM anunció el año pasado un acuerdo con la empresa china Wanda Group en el foro, destinado a ayudarle a expandirse en el mercado del país, aunque Caixin informó recientemente que Wanda dejaría de trabajar con la compañía norteamericana.
Por su parte, Google se retiró de China Continental en 2010 por la censura gubernamental. La compañía ha intentado regresar en últimos años, pero poco ha progresado.
Si China tomara represalias, Apple podría tener un efecto negativo de aproximadamente el 15% de sus negocios, dijo Gene Munster, de Loup Ventures.
China es el mercado más grande del mundo para teléfonos inteligentes y una base de clientes crucial de los chips de Qualcomm para móviles.
La empresa, con sede en San Diego, California, ganó el derecho de extenderse en 2015, después de pagar una multa y cobrar tarifas más bajas a los clientes para este mercado.
