Las empresas estadounidenses han tenido una lista cada vez mayor de razones para degradar sus lazos con China en los últimos años, como los aranceles del expresidente Donald Trump, los estrictos bloqueos de COVID de Beijing, el enfrentamiento entre Estados Unidos y China sobre Taiwán y la presión política para resolver las cadenas de suministro hacia las naciones alineadas con Washington.
La conclusión es evidente a partir de un análisis de Bloomberg Intelligence de que Apple está tratando de reducir su dependencia del país asiático. La compañía ya comenzó a producir algunos modelos de iPhone 14 en India, en un movimiento antes de lo habitual para los nuevos modelos.
El mayor proveedor de Apple, Foxconn Technology Group, acordó recientemente la expansión de 300 millones de dólares de sus instalaciones de producción en Vietnam.
Pero Bloomberg Intelligence estima que se necesitarían alrededor de ocho años para trasladar solo el 10% de la capacidad de producción de Apple fuera de China, donde se ha fabricado aproximadamente el 98% de los iPhone de la empresa.
Decenas de proveedores locales de componentes, sin mencionar el transporte, las comunicaciones y los suministros de electricidad, modernos y eficientes, hacen que sea particularmente difícil salir de la segunda economía más grande del mundo.
Con China representando el 70% de la fabricación mundial de teléfonos inteligentes, y los principales proveedores chinos representando casi la mitad de los envíos globales, la región tiene una cadena de suministro bien desarrollada, que será difícil de replicar.
Una cosa es buscar fuera de China otros fabricantes de juguetes y camisetas. Pero las empresas tecnológicas estadounidenses invirtieron más de dos décadas y decenas de miles de millones de dólares en la creación de cadenas de producción complejas para proporcionar bienes esenciales para el auge del comercio electrónico. Deshacer esos lazos podría terminar tomando el mismo tiempo y puede resultar en un daño duradero a la maltrecha economía mundial.
Los funcionarios de la industria de Estados Unidos están desarrollando planes de contingencia en previsión de más barreras al comercio entre Estados Unidos y China, y esperan que la administración del presidente Joe Biden active una lista de restricciones de exportación adicionales este otoño.
El mercado en auge de China también subraya el costo de oportunidad para los proveedores estadounidenses. Unas 19 de las 20 empresas de la industria de chips de más rápido crecimiento en los últimos cuatro trimestres, en promedio, tienen su sede en China, según datos compilados por Bloomberg.