El nuevo dispositivo Vision Pro de Apple estará disponible por primera vez a las 8 A.M., hora del este de EU, a través del sitio web y la aplicación móvil de la compañía, antes de llegar a las tiendas y a los consumidores el 2 de febrero.
El proceso de compra será único, ya que los clientes escanearán su cabeza utilizando un iPhone o iPad reciente, y en caso necesario, proporcionarán una descripción oftalmológica.
Los analistas de Wall Street anticipan un comienzo lento para el dispositivo. David Vogt, analista de UBS, estima que Apple enviará entre 300,000 y 400,000 unidades este año, generando hasta 1,400 millones de dólares.
A pesar de esto, para una empresa con ventas por 383,000 millones de dólares el año pasado, esto se considera ‘inmaterial’.
Sin embargo, el objetivo es preparar el terreno para algo más grande. Apple ingresa a su primera categoría importante de productos nuevos desde que comenzó a vender relojes inteligentes en 2015, y se espera que el éxito del Vision Pro se desarrolle a lo largo de los años.
Apple continuará perfeccionando el visor, haciéndolo más asequible y cómodo, y buscará aplicaciones atractivas para el dispositivo.
A largo plazo, la compañía se beneficiaría de una nueva fuente de ingresos, especialmente considerando la presión en el mercado de smartphones que ha madurado y está bajo especial escrutinio, especialmente en China, donde los ingresos de la compañía han disminuido durante cuatro trimestres consecutivos, marcando su racha más larga de caídas en más de dos décadas.
Internamente, los ejecutivos de Apple esperan un fuerte fin de semana de lanzamiento, aunque prevén una disminución en las ventas más adelante.
Con un precio de 3,499 dólares, el Vision Pro es uno de los visores de consumo más costosos de todos los tiempos, aproximadamente siete veces más caro que el último dispositivo de realidad virtual de Meta Platforms, líder del mercado.
Uno de los principales atractivos puede ser la facilidad con la que se puede colaborar utilizando el Vision Pro, según comentó Rockwell.
Los usuarios en ubicaciones remotas pueden sentirse como si estuvieran en el mismo lugar, cambiando la forma de colaborar de manera significativa en comparación con las videoconferencias tradicionales.