En 2018, Apple reemplazó 11 millones de baterías del iPhone en Estados Unidos, un número diez veces superior a que había previsto inicialmente –de 1 a 2 millones.
De acuerdo con especialistas del sector, este factor influyó de manera importante en las menores ventas de nuevos dispositivos de la firma de la manzana durante el año pasado.
El 2 de enero de 2019, el CEO de Apple, Tim Cook, envió una carta a los accionistas de la compañía en la que les anunciaba una revisión a la baja sus expectativas de ingresos para el primer trimestre del año fiscal 2019.
Cook justificó los nuevos cálculos, fundamentalmente, por ventas del iPhone inferiores a las esperadas y la desaceleración económica en China.
‘Menos clientes renovaron sus teléfonos con respecto a lo que habíamos anticipado. Algunos clientes se aprovecharon de nuestra rebaja significativa en el precio de los recambios de batería’, indicó el directivo.
Al mencionar el reducido precio de las baterías, Cook se refería precisamente al hecho de que durante el año pasado muchos clientes de Apple prefirieron cambiar la batería de su teléfono en lugar de comprarse uno de los nuevos modelos.
A ello contribuyó que la compañía rebajó durante todo 2018 el precio de los recambios de batería de 79 a 29 dólares como respuesta a las quejas de los usuarios que la acusaban de estar ralentizando el funcionamiento de los teléfonos antiguos.