Si bien Apple es el mayor contribuyente del mundo, la Unión Europea, piensa que los acuerdos fiscales de Apple con Irlanda permitieron a la compañía pagara mucho menos que otras empresas.
De hecho, el Tribunal General de la UE en Luxemburgo ahora debe sopesar si los reguladores tenían razón en un fallo de 2016 al recaudar una factura fiscal récord de 14.4 mil millones de dólares.
Los enormes ingresos de la compañía, y los de otras empresas de tecnología, han atraído un escrutinio minucioso en Europa, centrándose en las complicadas estructuras de la compañía para transferir las ganancias generadas por la propiedad intelectual.
Un fallo lo de la corte, que probablemente demore meses, podría potenciar o detener las investigaciones de la Comisionada de la Competencia en la Unión Europea, Margrethe Vestager, que ahora se centran en acuerdos fiscales realizados por Amazon y Alphabet. También se le encomendó la tarea de elaborar un “impuesto europeo justo” a finales de 2020 si los esfuerzos mundiales para reformar la fiscalización digital no avanzan.
La molestia de Apple en su orden de la Unión Europea de 2016 provocó que el director ejecutivo Tim Cook criticara la medida de la Unión Europea como “ total basura política”. El desafío legal de la compañía afirma que la UE apuntó erróneamente a las ganancias que deberían ser grabadas en los Estados Unidos y “cambió las reglas retroactivamente” sobre cómo las autoridades globales calculan lo que se les debe.
El tesoro de los Estados Unidos también intervino, diciendo que la UE se estaba convirtiendo en una “autoridad fiscal supranacional” que podría amenazar los esfuerzos de reforma fiscal global. El presidente Donald Trump tampoco guardó silencio, diciendo que Vestager “odia a Estados Unidos” porque “está demandando a todas nuestras compañías”.
Los primeros indicios de cómo podría resultar el caso de Apple, vendrán en un par de decisiones programadas para el 24 de septiembre.
Las batallas legales pueden continuar. Los fallos del Tribunal General pueden apelarse una vez más ante el tribunal más alto de la UE, el Tribunal de Justicia de la UE. Mientras tanto, los impuestos atrasados de Apple, 14,300 millones de euros, incluidos los intereses, se encuentran en una cuenta de depósito en garantía y no se pueden pagar a Irlanda hasta que se agoten los desafíos legales finales.
Para Alex Cobham, director ejecutivo del grupo de campaña de Tax Justice Network, el problema ya está en el pasado y “ni siquiera es el mayor escándalo fiscal que tiene Apple”.