Como parte de sus esfuerzos para diseñar automóviles más seguros y personalizados, Honda desarrolla el sistema HANA (Honda Automated Network Assistant), un asistente personal que utiliza inteligencia artificial para apoyar a los conductores.
Esta herramienta es capaz de leer las emociones del conductor y llevar a cabo acciones como ajustar la música, la temperatura y otros factores que afectan a su estado anímico y su atención a la carretera.
Una serie de sensores instalados en el vehículo permiten detectar cambios en la respiración o en los latidos del corazón, que son indicadores del estado de ánimo del conductor.
También se utilizan cámaras de reconocimiento facial que perciben si el conductor está cerrando los ojos, si bosteza o sonríe.
La información recopilada puede combinarse con otros datos obtenidos por los sistemas de asistencia al conductor, como el de control de permanencia en el carril, y así hacer más segura la conducción.
Además, compartir esta información con otros vehículos contribuiría a mantener la seguridad en las calles y evitar accidentes.
Según expertos del sector, más de un 90% de los accidentes de tráfico son causados por errores humanos, muchas veces relacionados con el estado de ánimo del conductor.
En los últimos años han aparecido sistemas de asistencia a la conducción basados en sensores capaces de comunicar a los conductores el estado del tráfico o el riesgo de accidentes en tiempo real.