Con la transferencia de los activos de Luz y Fuerza del Centro (LFC) a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se destrabará el curso de las licitaciones de la fibra óptica, dice Alberto Mansur, especialista en monopolios.
“Ahora sí CFE le va hacer competencia real a los gigantes de las telecomunicaciones como Telmex, Cablemás y Cablevisión”.
Detalla que hace dos años se iba a licitar la fibra óptica y la fibra de cobre de CFE para competir con las telefónicas y cableros, pero “uno de los criterios que sirvieron para detenerlo o frenarlo era que la paraestatal no tenía presencia en el Valle de México, que es el área más rentable de este negocio”.
Entrevistado por El Economista, explica que ahora que CFE se va a quedar con la red eléctrica de
LFC, se creará un circuito de fibra óptica nacional para competir.
De acuerdo con la paraestatal, están a la espera de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) lance las licitaciones de dos hilos de fibra óptica para que pueda determinar los tramos que concursará.
Con el fortalecimiento del monopolio en telecomunicaciones pueden salir muy beneficiados los consumidores, porque tendrán los servicios luz, voz, datos y video a través de las líneas eléctricas.
La CFE precisa que conservará la propiedad de la infraestructura de la que forman parte el par de hilos de fibra oscura (en desuso) a licitarse, además el servicio público de energía eléctrica tendrá prioridad sobre cualquier uso que se le dé a la infraestructura.
Un monopolio nunca es saludable
Con respecto al servicio de energía que ofrecerá CFE a nivel nacional, Alberto Mansur considera que mantener un solo monopolio eléctrico no es bueno ni competitivo.
“Lo ideal es que no hubiera un monopolio y que hubiera empresas que compitieran entre sí a lo largo del país”.
Para eso, el gobierno tendría que hacer dos cosas: la primera, hacer un mercado de competencia real y abrir a los privados la generación y venta de electricidad; la segunda, hacer un mercado artificial en la que partieran a CFE en varias partes.
La lectura que le da al conflicto del gobierno con el Sindicato Mexicano de Electricistas es que se deshacen de un gremio incómodo, afirma.
Fuente: El Economista, México
