Refrigeradores que hacen la compra del súper automáticamente; clósets que recomiendan cómo vestirse dependiendo del clima; casas que encienden y apagan las luces de forma programada para simular movimiento en el hogar y disminuir las posibilidades de robos. Estas situaciones, que parecen salidas de una película, ya son una realidad gracias a Internet of Things (IoT), una revolucionaria tecnología que conecta objetos a Internet para facilitar el día a día de las personas.
Con frecuencia, los individuos vinculan Internet con sus teléfonos móviles, computadoras e impresoras para sincronizar la información y poder trabajar desde cualquier lugar y colaborar con otros miembros de la organización. Incluso conectan sus televisiones o cámaras digitales para ver películas con mayor comodidad o para compartir fotos de sus vacaciones con la familia. Sin embargo, IoT expande aún más las fronteras de conectividad cotidiana para permitir el control y manejo de forma remota desde cualquier parte del mundo.
Además de estos dispositivos, a través de la red de IoT se pueden integrar desde vehículos, electrodomésticos y dispositivos mecánicos, hasta relojes, calzado, maletas o muebles.
Al igual que muchas novedades tecnológicas, IoT surgió con el objetivo de brindar mayor comodidad y seguridad a las personas que la implementen a sus actividades cotidianas. Eventualmente, ¡todo lo imaginable podrá formar parte de la red! Sólo falta terminar de desarrollar el nuevo protocolo de direccionamiento IPv6 que lo hará realidad.
Principales ventajas de Internet of Things
Para que todos puedan entender lo fascinante que es este nuevo fenómeno, a continuación se presentan algunas de las principales ventajas de IoT:
- Interacción entre los objetos: una vez conectados a la red, los aparatos podrán intercambiar información y actualizar datos entre sí. Por ejemplo, el GPS del auto puede indicarle al termostato del hogar que la persona se aproxima y encender el aire acondicionado o la calefacción, según la estación del año.
- Interpretación del entorno y manipulación: las ‘cosas’ podrán manejar el entorno al recibir información de otros dispositivos o por la interpretación del contexto. Por ejemplo, el refrigerador puede reconocer que la última vez que se retiró la leche, no se repuso y, automáticamente, realizar un pedido al supermercado.
- Capacidad de localización: al estar conectados, será más fácil localizar las cosas. ¡No más horas perdidas buscando las llaves de la casa antes de salir!
- Identificación y personalización: los objetos dejarán de ser impersonales y existirá la posibilidad de identificar su procedencia y propietario mediante tecnologías como RFID (Radio Frecuency Identification), NFC (Near Field Communication), BLE (Bluetooth Low Energy), códigos de barra de lectura óptica, o códigos QR, entre muchos otros.
IoT aplicado
Definitivamente, el Internet de las Cosas está dentro de nuestros focos de atención para el futuro cercano. La realidad de una vida conectada es algo tecnológicamente posible desde hace tiempo, pero por motivos meramente técnicos (infraestructura, interfaces, protocolos, y costos, entre otros), su materialización se ha visto demorada. A medida que estas barreras se han ido superando, el IoT ha progresado y ha dado buenos resultados.
La verdadera inclusión de wearables, electrodomésticos, automóviles, y otras pantallas, al conjunto de comunicaciones impactará en el modo en que las marcas se comunican e interactúan con los usuarios. Esto requiere un ajuste de la intención, del contenido y de las formas del mensaje. De la misma manera, la información que surge del uso y los hábitos de consumo del usuario brindan un nivel de conocimiento potencial invaluable para las marcas.
Las marcas deben explotar estas nuevas capacidades, trabajar en la accesibilidad e integración con sus herramientas actuales. Los proveedores de estas tecnologías deben continuar su evangelización, de manera que la adopción de nuevos medios sea cada vez más simple, creando no sólo nuevas oportunidades de negocio, sino un ecosistema más eficiente, donde el mensaje correcto se entregue a la persona indicada, en el momento justo, y por el canal adecuado.
Por Nico Casco, CEO de D’arriens