En Estados Unidos, Kari Lake, la candidata republicana a gobernadora de Arizona, publicó una entrevista de Fox News en la que afirma que había un gran número de pruebas sobre cientos de miles de votos fraudulentos en el estado.
Más tarde, siguió en Twitter: ‘última hora: auditoría forense/Análisis de boletas en papel (onfirma una vez más) que el presidente Trump ganó Arizona de forma aplastante,’ incluida una foto que afirmaba falsamente que el resultado electoral auténtico de 2020 mostraba que el 59% de los votos habían sido para el expresidente Donald Trump. Su tuit recibió se compartió al menos 58,700 veces.
Lake se encuentra entre los candidatos que hacen campaña para las elecciones de la próxima semana, al negar los resultados de la última.
Si bien las conspiraciones han sido desacreditadas rotundamente en auditorías posteriores a las elecciones y los resultados de docenas de demandas presentadas por el expresidente, Donald Trump, siguen siendo útiles para candidatos como Lake para llamar la atención, según nuevo análisis de Bloomberg News.
Lo que muestran estos datos es que promover mentiras sobre las elecciones de 2020 es rentable tanto para los candidatos como para las propias plataformas de redes sociales, dijo Nina Jankowicz, vicepresidenta del grupo sin fines de lucro Center For Information Resilience, cuyo objetivo es contrarrestar la desinformación.
‘No está claro si las motivaciones de las empresas de redes sociales son puramente ganancias o conveniencia política que desean evitar la ira de aquellos que podrían entrar en conflicto con sus políticas, pero no se puede subestimar el impacto perjudicial de su falta de acción en nuestra democracia”’ dijo Nina Jankowicz.
