Inicio Tecnología. Capítulo 0 en interconexión de redes (Columna de Ernesto Piedras)

Capítulo 0 en interconexión de redes (Columna de Ernesto Piedras)

Si se escribiera hoy un libro en telecomunicaciones, el primer capítulo sería Interconexión de Redes. Ya desde hace muchos años la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ha reconocido que la interconexión constituye el
elemento más importante entre todos para el desarrollo de un mercado competitivo de estos servicios. Además, esto se confirma con el principio de que el valor de una red como la de las telecomunicaciones es proporcional al número de elementos que la integran (Ley de Metcalf), con lo que la incorporación de nuevos miembros, pero también de redes, lleva al aprovechamiento potencial de su valor. Esto es, que cada elemento adicional que se integra a la red, aumenta más que proporcionalmente su valor, siendo la ganancia más grande para las redes pequeñas al interconectarse con las de mayor número de nodos.

La importancia de la interconexión proviene de la necesidad de los suscriptores entrantes al mercado, de ponerse en contacto con los suscriptores de las redes existentes. Existe además, la necesidad de hacer eficiente la operación del
mercado, pues resultaría un desperdicio de recursos que, al no contar con interconexión, cada operador replicara la infraestructura para poder ofrecer su servicio, lo que resultaría muy costoso para una empresa entrante y haría
inviable la prestación del servicio. Es relevante poder asegurar la interoperabilidad entre todas las redes de forma equivalente y funcional, permitiendo la provisión de servicios de calidad entre las mismas.

En México, este elemento crucial de la interconexión no ha sido un secreto para los responsables de la política pública nacional. Ya en 1936 el Presidente Lázaro Cárdenas lo sabía y, a instancias del entonces secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, General Francisco J. Múgica, decretó que la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana y la empresa de Teléfonos Ericsson, S.A. debían enlazar sus líneas y combinar sus servicios en toda la República, por exigirlo así tanto el interés público como los usuarios. De esa forma se aseguró que cualquier comunicación que se iniciara pudiera llegar a su destino independientemente de la red a la que se estuviera suscrito.

La interconexión es también un elemento central para promover la competencia al expandir las capacidades y multiplicar las redes prestadoras de servicios, permitiendo que los usuarios elijan libremente aquel concesionario que más le convenga según precio, calidad y cobertura.

Cumplir con la obligación del Título de Concesión en cuanto a otorgar la interconexión, pero además sobre una base tarifaria sana, es conducente para la competencia y, por si eso fuera poco, para mucho más.

Por el lado de la oferta, la interconexión evita la innecesaria duplicidad de redes (eficiencia social de los recursos) y logra una mayor cobertura con menores costos, lo cual da pauta al surgimiento y aprovechamiento de economías
de escala. Al haber una red principal ya instalada, sería altamente ineficiente tanto para los operadores como para la sociedad buscar instalar redes paralelas para alcanzar una cobertura similar. La existencia de dicha red, al no haber
interconexión, genera un monopolio natural pues los costos de entrada serían sumamente elevados para los nuevos jugadores impidiendo su acceso. Además, esas economías de escala derivadas de la interconexión resultan en una reducción de costos, con la consecuente disminución de precios al usuario final. Nuevamente, es otro beneficio social de la interconexión.

Por el lado de la demanda, el beneficio obtenido por los consumidores es doble, ya que aumentan sus opciones de elección entre proveedores de servicios básicos y, además, se presenta la posibilidad de comunicarse entre distintas redes, por ejemplo: fijas y móviles. Del primer punto resultan la posibilidad de contar con más operadores, la competencia y todos sus reconocidos beneficios (al menos en otros países) y la expansión de alternativas de opciones para el usuario. Con todo, es claro que el tema de la interconexión, en términos y condiciones que sean justos, no discriminatorios y transparentes, no debe ser del interés exclusivo de los operadores, o de la atención de servidores públicos y especialistas en telecomunicaciones, sino que constituye en sí mismo una condición necesaria para alcanzar una competencia efectiva.

Fuente: El Economista, Ernesto Piedras, Director General de The Competitive Intelligence Unit (www.the-ciu.net