OpenAI fue noticia en enero por recaudar 10 mil millones de dólares de Microsoft, pero lo más importante es el rápido desarrollo en grandes cantidades de capital y la multitud de opciones, lo cual deja claro que estamos entrando en un mundo de abundancia de chatbots, ya que las empresas se esfuerzan por diferenciarse.
La desventaja de este renacimiento de los bots es que cada vez es más probable que todo tipo de personas encuentren algunas de las mayores debilidades de la tecnología.
Los bots de IA generativa tienden a mostrar sesgos derivados de sus datos de entrenamiento y son propensos a intentar todo tipo de cosas.
Pero también es fascinante pensar en cómo podría verse el universo de los chatbots dentro de uno o dos años.
Tal vez, en lugar de depender del ChatGPT como un chatbot de uso general, habrá chatbots mejores y más personalizados a los que se pueda consultar, incluso con preguntas más específicas.
En algún lugar y de alguna manera, una startup ya está trabajando en nuevas aplicaciones.