Las empresas cibernéticas de China recuerdan al resto del mundo que también hay ataques provenientes de occidente y rechazan las acusaciones de piratería provenientes de occidente.
Las últimas acusaciones provienen de Pangu Lab, un equipo chino de ciberseguridad que se ha ganado el respeto de sus pares de la industria al identificar vulnerabilidades en los dispositivos de Apple.
Ahora también se identificó un grupo políticamente motivado que apunta a China, dicen los investigadores, con piratas informáticos de América del Norte y Europa.
Las publicaciones del grupo, según Panduit, han sido claramente de naturaleza política. Ha habido expresiones de apoyo a la independencia de Taiwán y Hong Kong y preocupación por los problemas de derechos humanos en Xinjiang, prácticamente cruzando las ‘líneas rojas’ de Beijing.
El espionaje y la intromisión en Internet son un herramienta común en los gobiernos modernos. Edward Snowden lo mostró en su revelaciones sobre ciberespionaje de Estados Unidos y sus aliados. Lo que es nuevo es la forma en que Beijing lo está publicitando.
En la diplomacia, China tenía a sus ‘guerreros lobos’ lanzando acusaciones de derechos humanos a Estados Unidos. En el comercio, devolvió el fuego contra los aranceles estadounidenses con sus propios gravámenes de represalia. Y ahora, en el ámbito cibernético se está hablando de las ocasiones en que también es víctima.