El cibercrimen se ha convertido en una actividad altamente lucrativa, generando pérdidas globales que alcanzaron niveles récord en 2020.
Los delitos cibernéticos provocaron pérdidas superiores al billón de dólares el año pasado, equivalente del 1% del PIB mundial. Mientras que se perdieron 945,000 millones de dólares debido a incidentes cibernéticos, se gastaron 145,000 millones en ciberseguridad.
En general, los costos de ciberseguridad en 2020 aumentaron en más del 50% en comparación con 2018, cuando se destinaron más de 600,000 millones de dólares para gestionar el ciberdelito.
Mientras tanto, las pérdidas debido a incidentes cibernéticos aumentaron en un 81% en comparación con hace dos años, cuando los daños ascendieron a 522,500 millones de dólares.
Las cifras se basan en el informe Hidden Cost of Cybercrime de McAfee, publicado en diciembre de 2020.
Si bien los riesgos de delitos cibernéticos aumentan cada año, muchas organizaciones aún no los reconocen, en vista de que 1 de cada 5 organizaciones no tiene ningún plan de prevención de incidentes cibernéticos.
Japón tiene la mayor proporción de organizaciones que no están preparadas para manejar ciberataques: el 4% de las empresas en el país no tiene planes sobre cómo prevenir o responder a incidentes de ciberseguridad.
Por otro lado, el 44% de las organizaciones en todo el mundo están bien preparadas para prevenir y reaccionar ante incidentes cibernéticos.
Las empresas en Canadá son líderes en lo que respecta a las prácticas de ciberseguridad: el 55% de las organizaciones encuestadas han planificado cómo protegerse contra incidentes de ciberseguridad y cómo gestionarlos si ocurren.
