Cisco Systems ha destinado inversiones en sus esfuerzos para mitigar el impacto de la pandemia de COVID-19 y ahora está dirigiendo sus contribuciones para ayudar a combatir el racismo sistémico.
El mayor fabricante de equipos de redes informáticas y una de las empresas de tecnología con mayor cantidad de efectivo, está utilizando sus recursos para asumir el papel de las empresas en la resolución de problemas sociales.
Anteriormente, Cisco había anunciado que gastaría 50 millones de dólares para ayudar a las personas sin hogar en Silicon Valley y otros 225 millones para combatir los efectos del virus.
El compromiso ahora se ha incrementado a 500 millones, dijo el martes la compañía con sede en San José, California.
El presidente ejecutivo, Chuck Robbins, se ha vuelto cada vez más explícito al instar a las compañías de tecnología a ayudar a resolver los problemas sociales que no están siendo tratados por el gobierno. Dijo que la compañía no recortará empleos en la recesión económica y sugirió que otros hagan lo mismo.
‘Para mí está claro que nuestras ideas de responsabilidad social corporativa, defensa o incluso la noción más reciente del capitalismo no están haciendo lo suficiente para cuidar nuestro mundo’, dijo Robbins.
‘Las sucesivas batallas de COVID-19, la consiguiente contracción económica y la pérdida de empleos, y nuestra propia visión del racismo y la intolerancia sistémica profundamente arraigados, han sacado a luz siglos de desigualdad, injusticia y fragilidad que sustenta en nuestra sociedad durante demasiado tiempo’.
Robbins dijo que el patrón típico de las donaciones corporativas y las declaraciones de solidaridad no son suficientes. Tampoco la tecnología en sí misma es una solución.
La compañía introdujo una serie de programas que llevarán sus esfuerzos más allá de las contribuciones financieras. Estos incluyen proporcionar experiencia y mano de obra a organizaciones sin fines de lucro que trabajan en con comunidades desatendidas; abrir los servicios médicos y de otro tipo de aquellos que están fuera de su fuerza laboral; ayudar a las instituciones de atención médica y educación a recuperarse de la crisis e investigar tecnología que pueda ayudar a mejorar la atención médica y reducir los problemas sociales.
