Cisco está respondiendo a las solicitudes de los empleados en cuanto al manejo de sus pagos, a medida que los precios más altos de la gasolina, los alimentos y el alquiler, exprimen las billeteras de los trabajadores.
La compañía está transfiriendo una parte del pago a sus trabajadores en las bonificaciones a su salario base, en respuesta a las preocupaciones sobre el aumento de la inflación.
El mayor fabricante de equipos de redes informáticas reajustará los paquetes de compensación al comienzo de su nuevo año fiscal en agosto, según el director de personas, políticas y propósitos, Fran Katsoudas.
La decisión se tomó después de que la compañía encuestó a los empleados para averiguar qué era lo que más les importaba con respecto a sus cheques de pago.
La empresa también está experimentando con una semana laboral de cuatro días y tiene como objetivo reducir su huella inmobiliaria hasta en un 30%, cerrando algunas oficinas antiguas y creando nuevos centros de colaboración en Nueva York, Atlanta y otras ciudades.
‘Les preguntamos qué palancas de compensación aprecian más’, dijo Katsoudas en una entrevista. ‘Con la inflación en todo el mundo, quieren efectivo en mano. Por lo tanto, estamos cambiando algunos de nuestros programas para realmente llevar más de ese efectivo a los empleados’.
Eso ha llevado a millones de empleados a abandonar el barco por la promesa de un salario más alto, una tendencia que Cisco espera evitar ajustando los salarios y el pago de bonificaciones.
El gigante de la redes también espera necesitar entre un 20% y un 30% menos de espacios de oficinas, dijo Katsoudas, a medida que consolida sus participaciones y construye nuevas oficinas que cuentan con una combinación de espacios abiertos, pequeñas salas de reunión y lugares para socializar.
Al menos hasta ahora, la mayoría de los empleados de Cisco están renunciando por completo al viaje. Un poco menos del 20% ha regresado a sus oficinas al menos tres días a la semana desde que abrió sus ubicaciones en Estados Unidos el 1 de marzo, lo cual es menos de lo que esperaba Katsoudas.
El entusiasmo inicial por regresar a la oficina se ha desvanecido desde el año pasado, según una encuesta de enero de más de 6,600 adultos estadounidenses elaborada por Morning Consult.
Menos de la mitad de los trabajadores que estaban totalmente remotos debido al COVID-19 querrían volver a la oficina tan pronto como sea seguro hacerlo, frente al 64% que le dijo en enero de 2021.
‘En muchos casos, estábamos en la ciudades correctas pero en los vecindarios equivocados’, dijo Castro-Urdiales.
‘En este momento, la gente quiere estar en las ciudades, quiere estar en el centro, donde pueda caminar y cenar después. No se trata solo de los pies cuadrados, sino de la experiencia que queremos para nuestra gente’.
