Investigadores de la Universidad de Málaga, España, desarrollaron una herramienta impulsada por inteligencia artificial (IA) capaz de clasificar distintos tipos de bosques a partir de imágenes de satélite.
El uso de observación de la Tierra basada en imágenes satelitales se considera crucial para aplicaciones avanzadas relacionadas con la crisis climática, la agricultura de precisión, el urbanismo inteligente, la degradación del suelo y los cambios en la cubierta terrestre.
Virginia García, científica del Centro Temático Europeo de la Universidad de Málaga (ETC-UMA), destaca el crecimiento significativo del riesgo de degradación ambiental en las últimas décadas.
La monitorización del uso del suelo juega un papel fundamental en la consecución de objetivos globales, como la conservación de la biodiversidad, la reducción de emisiones de carbono y el calentamiento global, la planificación urbana y la agricultura.
Aunque los gobiernos elaboran catálogos detallados e inventarios forestales, estos se actualizan a intervalos largos, lo que dificulta el seguimiento continuo.
Los investigadores plantean el desafío de desarrollar una metodología que permita la clasificación de la cubierta terrestre en áreas extensas, como la cuenca mediterránea, y la creación de mapas de bosques a nivel de especies.
Para abordar este desafío, se han utilizado técnicas de inteligencia artificial y un modelo basado en anotaciones de zonas de bosque para predecir el tipo de bosque en áreas donde no se dispone de información. Este enfoque ha permitido la clasificación de los bosques en la cuenca mediterránea, que abarca diecinueve países, utilizando datos de un pequeño porcentaje del territorio total.
El profesor Ismael Navas, del Departamento de Lenguajes y Ciencias de la Computación, destaca que este método, que involucró la participación de voluntarios de dieciséis países, permitirá disponer de mapas actualizados anualmente.
Estos mapas facilitarán el estudio de los efectos de la crisis climática y la actividad humana en los bosques, la efectividad de las políticas forestales y la capacidad de recuperación después de incendios.
Los investigadores subrayan que este enfoque basado en datos apoyará la toma de decisiones para la conservación y restauración de espacios naturales por parte de las administraciones.