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Con sólo 4 consumos se puede detectar la identidad del cliente

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‘Con un promedio de cuatro transacciones, más el día y la tienda donde se efectuaron, es posible identificar de forma exclusiva a las personas que realizaron las compras en un 90% de los casos’, asegura el investigador del MIT Ives-Alexandre de Montjoye.

La clave de identificación-combinación alfanumérica de ocho dígitos sirvió para confirmar el índice de acierto en el estudio.

A partir de la base utilizada, se detectó el establecimiento donde se registraron los consumos y los importes. De esta manera ha sido posible identificar a los consumidores.

‘En cuanto sepas cuatro lugares o tiendas y los días correspondientes, el 90% de las veces sabrás qué persona en toda la base de datos compra algo en cuatro lugares en esos cuatro días’.

cliente anonimo experienciaOtro metadato que se obtuvo -que da pistas extras para identificar a los consumidores- es el importe de la compra.

Con la información obtenida se identificó, por ejemplo, que el 24% de los sujetos eran mujeres; se detectó la forma en que se reparte el tiempo entre las compras, así como el nivel de ingresos y las zonas donde consume.

La explotación masiva de datos permite conocer los patrones y modelos de consumo de las personas e incluso realizar análisis predictivos.

Desde luego, el potencial de áreas de investigación y estudio es enorme, como lo es el poder de Big Data y Analíticos, que si bien aún están en su periodo de gestación, seguramente tendrán un gran impacto en la gestión empresarial y en los modelos bajo los cuales opera el consumidor.

Todo esto traerá desde luego una evolución en la inteligencia corporativa para ser aplicada en investigación y desarrollo de productos y servicios, definir las estrategias mercadotécnicas y de atención al cliente, incluso dentro de modelos predictivos.

Sin embargo, el gran dilema ante toda esta evolución en la era del algorímetro, es el riesgo creciente de vulnerabilidad (como es el caso de las tiendas Target) en la y confidencialidad de los datos personales de los consumidores, cuyos resguardos tecnológicos deberían crecer, por lo menos, a la par de la innovación tecnológica empresarial, lo cual no parece ser una evidencia en la actualidad.

También conviene anticipar el necesario acotamiento en las estrategias y acciones mercadotécnicas y comerciales que puedan invadir y violentar la intimidad de las personas en un afán comercializador por parte de las organizaciones.