Convergencia es fenómeno referido a la integración tecnológica, de mercado y regulatoria que tiene lugar en las telecomunicaciones, radio, televisión y comunicaciones, así como en la fabricación de equipo y software. Como tal, esta convergencia se presenta de manera vertical en el sector integral de las de las tecnologías de la información. Incluso podemos afirmar que nos encontramos en los albores de la convergencia horizontal o inter-sectorial, con fenómenos como la integración de redes con la de electricidad (PLC o power line communications).
Sin embargo, conviene primeramente resolver los temas de la convergencia vertical, para estar en posición de proceder a la siguiente fase. Generalmente la convergencia es vista como algo relativamente nuevo, sin embargo, es una tendencia que ha existido desde muchos años atrás. Lo que resulta relativamente novedosa es la digitalización, con lo que hoy día contenidos diversos son transmitidos por diferentes industrias gracias a las plataformas digitales. Esto representa nuevas oportunidades para los usuarios y nuevos mercados potenciales para los productores, pero también representa problemas regulatorios que deben ser resueltos.
La digitalización en una de las razones principales, sin embargo, no es la única para llevar a cabo la convergencia, también otros parámetros deben de ser considerados como son la arquitectura de las redes, la capacidad, la calidad del servicio. Así, las redes de comunicaciones se encuentran en una gradual e irreversible migración hacia nuevas arquitecturas que permiten cursar cualquier tipo de servicio de manera simultánea. A este proceso de integración de múltiples servicios en una sola red se le conoce como Convergencia y ésta puede ser clasificada en tres categorías fundamentales:
•Convergencia de redes: capacidad de ofrecer acceso a Internet a través de distintas redes
•Convergencia de servicios: capacidad de ofrecer múltiples servicios a través de una sola red habilitada por el Protocolo de Internet
•Convergencia de dispositivos: capacidad de acceso al mismo servicio a través de diversas redes sean fijas, móviles, alámbricas o inalámbricas. Con todo, se convierte en un proceso dinámico, continuo y sus efectos trascenderán mas allá de la infraestructura en si, también provocan profundos cambios en la economía en su conjunto, pero para materializar estos beneficios, se requiere un nuevo marco regulatorio consistente con las características tecnológicas y económicas de la red integrada.
La Unión Internacional de Telecomunicaciones ha sugerido a sus Estados miembros integrar en un solo organismo la aplicación de las disposiciones regulatorias para todas las redes y servicios de comunicaciones, en lo que toca al despliegue, explotación y aprovechamiento de infraestructura. Hoy en día, las economías más avanzadas desarrollan ya un marco regulatorio e institucional coherente aplicable a todas las infraestructuras de transmisión, independientemente de los tipos de servicios prestados por ellas. Tal es el caso del regulador británico, que en diciembre del 2003 migró de ser Oftel (Office of Telecommunications), basado en la noción de telecomunicaciones, a constituirse como Ofcom (Office of Communications), incorporando la radio y la televisión.
Sabemos que la meta de la regulación para la convergencia de las comunicaciones debe ser la maximización del bienestar del usuario sobre la base de una operación sana del sector. La pregunta es si tendremos la capacidad legislativa y gubernamental, para gestar las condiciones legales y regulatorias para que en nuestro país avancemos más rápidamente hacia esos objetivos.
Fuente: El Economista, Negocios y Empresas, El IDET Opina, Por Dr. Ernesto Piedras